El gobernador del Banco Central dio a conocer los datos sobre la evolución de la economía en enero-julio 2017. Como el flujo y no el stock es lo que importa para la tasa de cambio y el crecimiento del PIB en el corto plazo, por razones de espacio me limito al aumento del flujo de capitales por exportación de bienes, turismo, remesas, inversión extranjera directa y otros ingresos por servicios.
Nuestra economía enfrenta varios riesgos externos: fortaleza del dólar estadounidense; aumento de los tipos de interés; conflictos geopolíticos y aumento del petróleo. A lo que suma una gran incertidumbre, la incierta política comercial de Trump.
No obstante la desfavorable coyuntura internacional, los datos estadísticos nos dicen que la economía externa anda por buen camino, explica el crecimiento y la estabilidad de la tasa de cambio. En enero-julio 2018 el país recibió un mayor flujo de recursos del exterior respecto a los mismos meses de 2017, el monto de US$1,232.3 millones, para un total de US$15,038.9 millones.
El cálculo que sigue es mío. Las divisas adicionales que recibió el país tuvieron dos destinos. Uno, para acumular Reservas Internacionales Netas, excluyendo depósitos del gobierno, alrededor de US$200 millones, diferencia entre el monto acumulado a final de julio 2017 y 2018. Como resultado, las reservas en forma de activos líquidos en el Banco Central, excluyendo depósitos del gobierno, totalizaron US$6,498.0 millones al 31 de agosto, equivalentes a 3 meses de importaciones. Y de 3% fue la depreciación nominal acumulada de la tasa de cambio respecto a diciembre 2017.
Dos, el mayor porcentaje (81%), aproximadamente US$1,000 millones, para pagar importaciones, incluyendo petróleo y derivados. En otras palabras, para cubrir el aumento del gasto agregado que sustento el crecimiento del PIB de 6.7% en enero-julio 2018. Lo confirman los determinantes del crecimiento por el lado del gasto, el consumo privado representó 68% del PIB y la Formación Bruta de Capital privado aportó 86% de la inversión total.
En cualquier economía, para que los ingresos de divisas sean favorables para el crecimiento y la tasa de cambio, la condición es que existan oportunidades de inversiones productivas en proyectos de envergadura. Por eso la inversión privada, incluyendo la extranjera, es el componente más volátil del PIB, depende de las expectativas de los empresarios sobre la evolución futura de la economía.
Los datos entregados por el gobernador nos dicen que la inversión extranjera directa de US$1,594.6 millones en enero-julio 2018, que creció 20.2% respecto a los mismos meses 2017, estuvo vinculada de manera estrecha con el aumento de la producción en los sectores turismo, energía y minería, principalmente.
La reflexión es que la información, lo que estimula la inversión extranjera, es importante para el reto de prolongar el ritmo del flujo de capital externo, que ha demostrado ser fundamental para el crecimiento y estabilidad cambiaria, considerando que hay riesgo de propagación de los problemas financieros de Argentina y Turquía, que puede acelerar la fuga de capital en América Latina y el Caribe hacia los Estados Unidos.
Lo que recuerda la Gran Depresión que se inició en Estados Unidos en 1929 y se difundió al resto del mundo, disminuyó el comercio, el flujo internacional de capital y las corrientes migratorias.