FMI decidirá si avanza o no con la redistribución del voto

FMI decidirá si avanza o no con la redistribución del voto

Washington (EFE).- Los miembros más poderosos del Fondo Monetario Internacional (FMI) deberán decidir durante la Asamblea del organismo la próxima semana si siguen adelante o no con el proyecto para dar más voto a países como Brasil, México o China.

La redistribución del voto es parte de un paquete más amplio de reforma del FMI, que pretende adaptar su papel a la nueva situación política y económica global, en lugar de permanecer estancado en el mundo de 1944, cuando se fundó el organismo.

A juicio de Edwin Truman, ex “número dos” del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, “no habrá nada concreto la próxima semana, la cuestión es si habrá algo concreto en Singapur”, donde tendrá lugar en septiembre la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial.

Es decir, la próxima semana no habrá grandes anuncios, pero la reunión será un baremo de la disposición de los países clave del organismo a aceptar cambios, según explicó Truman a EFE.

El encuentro marcará el paso “del período de reflexión al de la acción”, afirmó a EFE una fuente que participa en las discusiones del plan de reforma y que pidió no ser identificada.

La señal clave la enviará el sábado el Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, en inglés), el órgano ejecutivo de más alto nivel del organismo.

En este Comité se sientan los ministros de economía o los gobernadores de los bancos centrales de 24 países que representan a los 184 miembros de la institución.

Este cuerpo deberá dar un mandato al directorio y a la gerencia del FMI para avanzar sobre la reforma, de manera que en la cita en Singapur se tengan propuestas específicas en la mano.

Para el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, el tema es de especial importancia, pues la reforma del organismo es su “niña bonita”.

Aunque ya se hablaba del asunto antes de que asumiera su cargo, hace casi dos años, Rato ha querido dejar ahí su marca, pues el FMI ha disfrutado del lujo de no tener que ocuparse de ninguna crisis financiera en este período.

En septiembre, Rato publicó un informe sobre la “estrategia a medio plazo” del Fondo, en el que alertó de que si no se revisa la distribución del voto, el organismo perderá legitimidad.

Las fórmulas de representación fueron fijadas en 1944 en la conferencia de Bretton Woods, en la que nacieron el FMI y el Banco Mundial, y reflejaban el peso político y económico de las naciones en aquella época.

Pero desde entonces, los países en desarrollo han crecido más rápido que los industrializados y ahora ambos grupos cuentan con un Producto Interno Bruto (PIB) similar, medido en paridad de poder de compra.

En cambio, las naciones en desarrollo siguen teniendo tan sólo un 38 por ciento del voto en el FMI. La beneficiada es especialmente Europa, que tiene un 70 por ciento más de voto que el propio EEUU.  Sobre la mesa aún no hay una propuesta precisa de reajuste de poder, pero el IMFC podría encargar a la gerencia que elabore opciones concretas tras este encuentro.

Truman, que ha escrito un libro sobre la reforma del FMI, tiene su propia sugerencia: Primero, los países industrializados deberían transferir un 10 por ciento de su voto a los mercados emergentes, especialmente los asiáticos.

En una segunda fase se establecería una fórmula nueva para determinar el voto que refleje el peso económico de cada país.

Otro objetivo de la reforma es hacer más representativo al directorio, que es el órgano que toma las decisiones del día a día y donde la voz es importante, pues opera por consenso.

Truman propone que Europa, que tiene acceso a 10 sillas -tres de forma rotatoria-, renuncie a esas tres inmediatamente y eventualmente se quede con sólo una.

La reforma también pretende replantear el trabajo del FMI. Rato ha sugerido crear un nuevo tipo de programa crediticio que dé acceso a una gran cantidad de divisas a países con buena política económica, pero que aún así son vulnerables a crisis financieras.

También se ha manifestado abierto a que el Fondo analice en más detalle los tipos de cambio, algo en lo que insiste EEUU, que alega que China abarata artificialmente su yuan para mantener su superávit comercial con Washington.

La batalla se trasladará esta semana al IMFC.

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