El acuerdo stand-by por 28 meses, aprobado el pasado lunes por el Directorio del FMI, representa la tabla de salvación para reactivar la economía dominicana, en medio de una economía global que inicia una lenta recuperación; acuerdo que pondrá abundantes recursos financieros a disposición del gobierno, el cual asume un grave compromiso frente al país y el FMI de utilizarlos con racionalidad y eficiencia, así como continuar con las reformas estructurales contenidas en el programa.

El stand-by permitirá al país acceder al 500%  de su cuota en el FMI, por un monto equivalente de US$1,700 millones, de los cuales el gobierno central recibió US$300 millones y US$150 en el 2010, mientras la parte restante aprobada, en caso de ser necesario, serviría para fortalecer las reservas del Banco Central.

Aparte de los US$300 millones del FMI, el gobierno central recibirá este año US$350 millones del Banco Mundial, US$450 millones del BID, los cuales junto a US$240 millones de Petrocaribe y alrededor de US$550 del financiamiento de proyectos, más préstamos de la banca local y de la colocación de bonos, permitirá financiar el déficit, también el programa proyecta las necesidades de financiamiento del 2010 por US$2,600 millones y cuantifica los aportes de las diferentes fuentes.

En el comunicado de prensa, emitido el mismo día, las autoridades del FMI reconocieron los logros del gobierno por el crecimiento real del PIB en 40% desde la crisis del 2003, “una de las expansiones más vigorosas de América Latina y el mejor desempeño de la economía dominicana en el último cuarto de siglo”, también la reducción de la inflación de 40% a 4.5%, la reducción a la mitad del déficit público consolidado y de la deuda pública en relación al PIB, aunque apuntan los niveles de pobreza “se mantienen a niveles más bajos que los registrados antes de la crisis de 2003”.

Este acuerdo, sin precedentes en la región, representa un endoso al desempeño de las autoridades y del cumplimiento de las metas y reformas del acuerdo anterior y consta de una primera etapa expansiva con políticas anti-cíclicas hasta la primera mitad del 2010 y una segunda parte, de ajustes, consistente en la implementación de medidas “para resolver los problemas de deuda y de sostenibilidad fiscal”.

A partir de ahora están dadas las condiciones fiscales, porque las monetarias se han  desarrollado a lo largo de este año, para que la economía dominicana inicie la fase de recuperación, pero la sostenibilidad a mediano plazo dependerá de la aplicación racional de los recursos financieros multimillonarios en proyectos rentables de inversión y en mejorar el gasto social, a la vez que se cumpla con el calendario de reformas estructurales.