FMLN quiere un «pura sangre» en la presidencia de El Salvador

FMLN quiere un «pura sangre» en la presidencia de El Salvador

SAN SALVADOR, El Salvador. AP. Comandante guerrillero. Ese es el sello distintivo de Salvador Sánchez Cerén, la figura con la que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional espera conservar la presidencia de El Salvador en una segunda vuelta electoral del 9 de marzo.

La antigua guerrilla llegó por primera vez al a presidencia en el 2009 de la mano Mauricio Funes, poniendo fin a 20 años de gobiernos de derecha de la coalición ARENA. Funes, sin embargo, era un periodista con ideas afines pero que jamás había militado en las filas del FMLN. El Frente ahora quiere cerrar el círculo y postula a alguien surgido de sus entrañas, un “pura sangre”.

A Sánchez Cerén, no obstante, no le gusta que lo definan simplemente como un guerrillero. “En esencia soy un maestro y mi mayor orgullo es que me llamen profesor”, declaró el candidato, un ex profesor de educación primaria de 69 años que se identifica con el presidente uruguayo José Mujica, otro guerrillero que abandonó las armas y llegó a la presidencia por la vía de las urnas.

Sánchez dejó la enseñanza y se fue a la montaña para combatir la dictadura militar, hasta convertirse en el comandante Leonel González, uno de los cinco máximos líderes guerrilleros. Fue vicepresidente durante la gestión de Funes.

Todas las encuestas dan al Frente como favorito en la intención del voto en la consulta del domingo ante el candidato de ARENA Norman Quijano. Los analistas coinciden en que ha consolidado su base, atrajo votos de segmentos de la clase media que estaba desencantada con ellos y capta también el de sectores que simplemente quieren evitar un retorno de Arena al poder.

Programas sociales impulsados por el gobierno de Funes, por otro lado, atraen el voto del sector rural y de los más pobres, que en el pasado han apoyado a ARENA.

El candidato del Frente sale al paso de las críticas de ARENA que lo pintan como un marxista radical diciendo que se compromete a profundizar esos cambios sociales y que su referente no es la Venezuela de Hugo Chávez, como le achacan sus detractores, sino Mujica y la brasileña Dilma Rousseff, otra ex guerrillera que llegó a la presidencia y lleva una gestión moderada.

“Mujica es un ejemplo de presidente a seguir porque trabaja en dos ejes: el desarrollo y la inversión social”, declaró Sánchez Cerén.

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