POR MANASES SEPULVEDA
La Fuerza Nacional Progresista (FNP) cuestionó ayer la que definió como posición «débil y vacilante» adoptada por el gobierno frente a las presiones manipulaciones y chantajes que provienen del exterior, con motivo de las medidas de control de la migración haitiana.

El diputado Pelegrín Castillo, quien expresó la posición de la organización política, dijo que aún haciéndose las repatriaciones con todas las garantías y respetos posibles si se pasa de más de veinte mil casos, entonces se arma una campaña internacional de denuncia de abusos.

«Realmente estamos por debajo de la tasa de ingreso de inmigrantes haitianos», señaló al tiempo de expresar que el problema no es el respeto de los derechos humanos para los que llevan esa campaña en contra del país, sino la asimilación de un gran flujo migratorio haitiano hacia el país.

Abogó por la creación de una brigada especial de frontera que sea bien reclutada y equipada, mejor pagada y altamente motivada por su formación profesional, ideológica y patriótica.

Advirtió que la finalidad real de la mayoría de las denuncias, es para obligar al Estado dominicano a reducir en la más mínima expresión el control migratorio, justo en el momento en que el territorio nacional está siendo invadido por cientos de miles de haitianos.

Instó al gobierno a ser más consistente, enfatizando la dimensión internacional de esta emergencia migratoria para lo que es preciso pasar a la ofensiva en las denuncias internacionales, ya que la República antes quie victimaria, está siendo víctima del desorden imperante en Haití.

Señaló que la República Dominicana no puede analizar el problema migratorio al margen del aspecto internacional.

Recordó que el gobierno haitiano viene incumpliendo gravemente las obligaciones asumidas en el acuerdo domínico-haitiano, suscrito en Washington en 1938 en el que se obliga a tomar medidas para evitar la migración ilegal hacia la República Dominicana.

«Los Estados Unidos, Francia y Canadá nada hacen para un rescate solidario de Haití, con plena consciencia de que es la mejor manera de transferir los problemas de Haití a su vecino», dijo.

Señaló que los posibles abusos están muy lejos de lo que se ha denunciado en el exterior que coloca al país como un Estado racista y que está haciendo una especie de limpieza étnica.

Expresó que hay que relacionar el problema migratorio con la dimensión internacional, con la crisis de desintegración del estado haitiano.

Rechazó que organismos internacionales tengan el control de los procesos migratorios. «Los organismos internacionales han demostrado que no tienen una posición clara respecto a Haití», dijo.