Fomento y el Cafta-RD

Fomento y el Cafta-RD

HÉCTOR MINAYA
No hace mucho tiempo, los negocios sólo eran noticias para la gente de negocios, pero hoy día los problemas de este campo son noticias para todo el mundo. Los políticos hacen promesas económicas continuamente y a las tasas de inflación y de interés se les presta una atención que se les solía dedicar únicamente en las cumbres de las superpotencias. Y hoy es un dato la necesidad de reorganizar las instituciones y los sistemas sociales para lograr la eficiencia y la responsabilidad económica propias.

La sociedad ha sido infectada por la economía y cualquier aspecto de la vida humana y de la naturaleza se ha reducido a la condición de indicativo de un libro de contabilidad.

Es comprensible este intenso interés por cuestiones económicas. La mayor amenaza para la mayoría de las personas no es ya la guerra ni la invasión ideológica, sino la pérdida en el puesto de trabajo, la disminución de los salarios por los efectos de la inflación y la caída en el nivel de vida.

El ver caer de las plantillas a compañeros de trabajo con gran nivel de calificación y de compromiso ha inquietado muchos ánimos.

Aunque es justo preocuparse por el empleo, también es oportuno buscar estrategias políticas que expandan las oportunidades y puedan modificar las estructuras sociales para hacerlas más sensibles a las necesidades de nuestro tiempo.

Muchas son las instituciones que tienen que participar en estas estrategias y en el mundo de los negocios, pero quiero referirme a la Corporación de Fomento Industrial -CFI-, en cuya dirección general está el licenciado Ramón -Monchy- Rodríguez, a quien no conozco, pero tengo referencias de su competencia en lo administrativo y su profesionalidad en el área de mercadeo.

Estas dos características son indispensables para un ejecutivo de una entidad de ese nivel como es la CFI; requerimientos que ahora son más necesarios, en razón de que el primero de enero del próximo año entra en vigencia el acuerdo de libre comercio con Estado Unidos y Centroamérica.

La CFI como operadora del sistema de zonas francas de exportación del Estado, está llamada a desempeñar un rol importante en este proceso, el cual, si sabemos aprovechar, traerá grandes beneficios por el flujo de inversión que puede motorizar, dado el hecho de la cercanía del país con el mercado estadounidense. Esta ubicación estratégica tiene un valor extraordinario y crea un ambiente favorable que atrae como un imán la inversión extranjera y por consiguiente puede derivar en la generación de nuevos empleos y en un incremento en la entrada de divisas. También fortalecería los complejos industriales existentes.

Hay que consolidar la posición que ha logrado el país al convertirse en uno de los líderes en el desarrollo de zonas francas de exportación en el continente y mantener la posición privilegiada en las exportaciones textiles hacia Estados Unidos, campo en que sólo es superado por México en esta región.

La nación tiene la capacidad de conservar esta ventaja, por el amplio desarrollo en cuanto a infraestructuras físicas, existiendo disponibilidad de una verdad de edificaciones para uso tradicional, pero también sofisticadas que ofrecen un paquete de servicios más completo que lo normal.

Pero, con la entrada del Cafta-RD, se requiere que la CFI aumente su capacidad de promoción y mercadeo internacional, para de esa forma captar inversiones que buscarán aprovechar al máximo las ventajas que ofrece el mercado norteamericano, ahora con reglas claras y permanentes. Por las credenciales que exhibe Monchy Rodríguez, no me cabe la menor duda que se conectará rápidamente con esta nueva dinámica que exige el momento.

Y si la estrategia funciona, se traduciría en una expansión en el ritmo de la actividad productiva en las zonas francas y por ende en la recuperación de los miles de empleos perdidos en este sistema en el curso de este año.

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