Los buitres son aves rapaces … que suelen alimentarse únicamente de animales muertos, aunque a falta de estos, son capaces de cazar presas vivas”. Aunque es la definición enciclopédica de un buitre, o ave de rapiña, ha resultado muy acertado utilizar el término para caracterizar la agresión de fondos verdaderamente rapaces que vuelan sobre países con problemas de deuda para lanzarse sobre ellos.
Los fondos buitres – generalmente con residencia en paraísos fiscales- son especuladores que adquieren en mercados secundarios papeles de deuda depreciados para después pretender cobrarlos por todo su valor e, incluso acrecentados.
Un mercado secundario no es sino el valor real que registra un monto de deuda partiendo de las estimaciones de lo que realmente se pueda cobrar de la misma teniendo en cuenta la situación de crisis que presente el país endeudado. Fue una situación muy recurrente en el decenio de los ochenta, momento de la gran crisis de deuda en América Latina que depreció dramáticamente los niveles de deuda de casi todos los países dando lugar a lo que entonces se llamó “operaciones swap”. Estas tuvieron diferentes expresiones.
Por un lado, lo utilizaron muchos países para liquidar deudas según el valor que se le reconocía en mercados secundarios entregando propiedades estatales a los acreedores o a quienes habían adquirido la deuda depreciada; fue la base de un gran proceso de privatización. También surgieron fondos que adquirían la deuda depreciada y se la ofrecían a los deudores por el valor adquirido con la condición de que esos fondos fuesen destinados a inversiones ambientalistas. Fue lo que se denominó “deuda por naturaleza” .
De lo que se trata ahora es de fondos que asechan – cual verdaderas aves de rapiña – a países endeudados y en crisis de los cuales compran a los acreedores – sin esperanza de cobrar – su deuda depreciada que puede rondar hasta un 3% del valor original y después intentar cobrarla por su valor íntegro sumándole intereses y, en consecuencia, multiplicando varias veces lo que realmente pagaron. Así lo han hecho, o tratan de hacerlo, a varios países.
El caso más resonante en estos momentos es el de Argentina. Cuando enfrentó la severa crisis del 2001 fue negociando con sus acreedores sobre la base de deudas depreciadas pero una minoría la vendió a “fondos buitres” que desde entonces acosan al país: intento de embargo de una fragata en África, pretensión de embargar los depósitos del Banco Central y, finalmente, la recurrencia a tribunales neoyorquinos que, lógicamente, fallaron a favor de los dueños norteamericanos de esos fondos.
Inglaterra tiene prohibido el accionar de los fondos buitres e, incluso, en New York, precisamente, la ley prohíbe comprar deuda con el fin de litigar (N.Y. JUD. LAW 489) pero el juez argumentó que los bonos se compraron para cobrarlos y no para litigar. Es posible salirles al paso aprobando una resolución mundial que lo tipifique como delito, como se ha hecho con actividades de interés de las grandes potencias. ¿Habrá interés?