La población dominicana ha logrado acumular unas riquezas que superan los 210 mil millones de pesos en sus fondos de pensiones, recursos que hoy forman parte de nuestro sistema financiero accionando de manera pasiva sobre el desarrollo nacional.

Las riquezas materiales pueden definirse como tales en la medida en que podamos, no solo poseerlas, sino también disfrutarlas, como decía Aristóteles. Es a partir de esa premisa que me permito compartir una propuesta que probablemente no parezca graciosa para algunos, a quienes les suplico me toleren y a los que comulguen con este servidor, les pido que la promuevan.

Es inocultable la crisis eléctrica heredada por el presidente Danilo Medina: un parque de generación obsoleto e ineficiente, un modelo eléctrico infuncional, alta demanda de electricidad acumulada por lustros sin instalar nuevos megavatios, contratos ignominiosos y una deuda dejada por Celso Marranzini y el gobierno que lo designó, superior a los 600 millones de dólares.

Ante esa oscura realidad, la actual administración está compelida a hacer lo que nunca se había hecho también en el sector eléctrico.

La solución a la crisis inicia en el área de generación, para lo cual es necesario y urgente, instalar por lo menos y de manera inmediata, 1,500 megavatios a gas natural y/o carbón mineral para abaratar el precio de la electricidad. Este proyecto requiere de una inversión aproximada de 3 mil millones de dólares.

Los generadores obtienen beneficios superiores a los 700 millones de dólares cada año. Conociendo esta cifra, pongo sobre la mesa la propuesta de tomar prestado a los fondos de pensiones los 3 mil millones de dólares que se requieren para instalar las plantas necesarias y así resolver la crisis eléctrica.