Fondos de protección podrían apaciguar la situación fiscal

Fondos de protección podrían apaciguar la situación fiscal

John Gapper, Si trata de extraer dinero de un director de fondo de protección o del fundador de un fondo de acciones privado y él perdería todo sentido de proporción.

El primer ejemplo llega en julio cuando Stephen Schwarzamn, el cofundador de Blackston, comparó el intento de los gobiernos de Estados Unidos por incrementar la cantidad de impuestos pagados por los socios de las empresas financieras para la invasión de Polonia de 1939 por parte de Adolf Hitler. Schwarzamn tuvo que disculparse por la analogía que hizo privadamente al consejo de un grupo sin fines de lucro.

El segundo ejemplo llegó la semana pasada cuando Daniel Loeb, fundador del fondo de protección Third Point, describió una cambio propuesto en la fiscalización de ventas o de ofertas públicas iniciales de tales fondos como una orden de embargo que podría llamarse inconstitucional que muestra que la administración de Obama estaba operando desde un libro de tácticas bastante diferente del que estamos acostumbrados como empresarios americanos.

La retórica de Schwarzman fue evidentemente ridícula (excepto en el sentido de que la invasión de Polonia fue seguida por un periodo de calma en tiempo de guerra  en el cual nada sucedió por varios meses) y Loeb está equivocado también.

 El valor fiscal empresarial propuesto sobre las ventas de las sociedades financieras no es una orden de embargo que ya fue prohibido por la constitución de Estados Unidos, una ley que victimiza a un individuo o a un grupo pequeño.

Si lo fue, como dijo un ejecutivo de acciones privadas, probablemente ya habría pasado por el Congreso en vez de ser retenido con las elecciones de noviembre de por medio, posiblemente para condenarlo. Nadie más tiene mucha simpatía por Schwarzman o los socios de Kohlberg Kravis Roberts, el cual se ha listado justamente en el New York Stock Exchange, pero la provisión establece muy ampliamente que éste abarcaría 1.2 millones de sociedades inmobiliarias pequeñas, y de ese modo una gran cantidad de votantes.

Schwarzman y otras figuras de Wall Street están igualmente equivocados en su oposición de pagar más impuesto sobre los “intereses devengados”, el elemento relacionado al rendimiento de las acciones privadas y la compensación de los fondos de protección. Ellos acostumbran a pagar solamente impuestos de ganancias de capital sobre el interés devengado, pero deberían estar pagando impuesto sobre la renta.

La mejor forma de ver el interés devengado es como un cargo relacionado al rendimiento por servicios de inversión y manejo, el cual no hay razón de tratar como otra cosa que como ingreso ordinario.

 El hecho de que el ingreso es incierto no lo convierte en una ganancia de capital, si ese fuera el análisis, entonces (como mi colega Martin Wolf señala) los autores podrían evitar el impuesto sobre la renta en sus libros de regalías.

No obstante, ellos están en lo correcto acerca de una cosa. El impuesto de valor fiscal empresarial iría un paso demasiado adelante imponiendo el impuesto sobre la renta sobre el elemento de los derechos de las ventas de sociedades financieras, mientras se oponen a otras sociedades, tales como sociedades de ventas de vehículos o de lanzamientos tecnológicos. Tentador como es señalar a Wall Street y disminuir la laguna fiscal empleada extensamente en Wall Street, esto no está justificado.

Aunque esto parece ser un asunto técnico de interés solamente para los financistas y sus abogados fiscales altamente pagados, esto tiene una relevancia más amplia. Hay argumentos sociales para reducir las atracciones para que la gente brillante se una a los fondos de protección y a los fondos de acciones privadas, comparado con la fundación del próximo Google, pero usar el código fiscal como un mecanismo es una pobre forma de considerarlo.

Esto también tiene efectos perversos. Es útil para los financistas tener incentivos para tomar riesgos dentro de los fondos que pueden seguramente fallar sin tener que ser rescatados por los contribuyentes.

La forma más insidiosa de la institución es el banco “muy grande para quebrar”, no la pequeña sociedad ricamente recompensada.

El problema es lo que sucede cuando las sociedades financieras venden a otros inversionistas, a menudo en ofertas públicas iniciales  (IPO). Si los socios están por pagar impuestos sobre la renta en honorarios e intereses devengados entonces el valor de venta de los contratos también podrían estar sujetos al impuesto sobre la renta.

De otra forma, un IPO constituiría una laguna fiscal gigante.

Pero, ¿qué acerca de la parte (a menudo grande) de los procedimientos de venta atribuibles al derecho?

 Normalmente, cuando una sociedad se vende, la mayoría de los derechos son fiscalizados como una ganancia de capital para el vendedor, pero el Senado ha estado considerando la imposición de una formula de “dura justicia” para las sociedades financieras. Bajo esto, la mitad de los derechos sobre las ventas financieras sería fiscalizada como un ingreso ordinario.

“El incentivo para hacer eso es que Blackstone y otros fondos han empleado una agresiva estructura fiscal para sus IPO, bajo la cual los beneficios fiscales de la venta de acciones para los inversionistas fluyen a través de los socios. Si los derechos de venta fueran fiscalizados más fuertemente, eso tomaría cierto aire fuera del arbitraje fiscal”, manigfesto Víctor Fleischer de la Universidad de Colorado en Estados Unidos. 

Fiscalizar

Víctor Fleischer, una fuerza conductora del empuje fiscal sobre el interés devengado, indica que la “dura justicia” es también justificada en principio. Él dice que es correcto fiscalizar una proporción de un derecho de una empresa financiera como ingreso debido a que algo de esto es atribuible a las redes y experticio de los socios, transformándolo en una forma de ingreso laboral.

“No es obvio el porqué el derecho de una sociedad financiera es diferente del de cualquier empresa creada por sus socios. Una vez que la excepción de interés devengado ha sido convenida, sería más inteligente ponerle fin, aunque sobreviva la estructura fiscal de Blackstone”, dijo. Hay razones tácticas para hacer esto. La propuesta del impuesto de valor empresarial ha elevado la oposición, así como la retórica, mucho más allá de Wall Street. En este clima político, si todo el mundo se calma y los directores de fondos de protección pagaran algo más de impuesto, eso sería justamente suficiente.

Préstamos en dólares  son más baratos que en moneda local

David Oakley

Las compañías y gobiernos en los mercados emergentes en el presente pueden tomar prestado más barato en dólares que en sus propias monedas por primera vez en dos años, en un optimista aumento adicional para los mercados de bonos denominados en dólares.

La emisión de bonos denominados en dólares en el mercado emergente se ha elevado a niveles récord este año ya que el costo de tomar prestado en la moneda de E.U. ha disminuido.

En agosto, de acuerdo a los índices JPMorgan, los rendimientos sobre la deuda denominada en dólares en el mercado emergente promedió un 5.7% contra los rendimientos comparables en monedas locales de un 6.5%. De acuerdo a los comerciantes, es la primera vez que esto ha pasado en dos años, rompiendo la tendencia a través de la cual los rendimientos en dólares son típicamente más altos que los rendimientos en moneda local.

Los rendimientos en dólares han llegado por debajo de los rendimientos en monedas locales debido a una más débil perspectiva económica en E.U. que en los mercados emergentes. Los estimados del Fondo Monetario Internacional pronostican que las economías de las naciones en desarrollo crecerán por un 6.8% este año en comparación con un 2.6% para las economías avanzadas.

Nigel Rendell, alto estratega de mercados emergentes en RBC Capital Markets, dijo: “En general, los inversionistas desean más exposición a los mercados emergentes a medida que ellos están creciendo fuertemente y no han sufrido como las economías occidentales.

“Pero la emisión en dólares se ha beneficiado en relación a la deuda en moneda local debido a las expectativas de que E.U. verá muy lento crecimiento y posiblemente experimente una recesión doblemente profunda”.

Los gobiernos y compañías de los mercados emergentes han aumentado $151 millardos en bonos denominados en dólares este año, un récord sostenido desde el 1995 cuando estas estadísticas fueron primero compiladas, de acuerdo a Dealogic, el proveedor de data. 

Zoom

Mercados emergentes

La emisión de bonos en moneda local en los mercados emergentes también ha visto nuevos volúmenes aumentando hasta $260 millardos este año, aunque esto es más bajo que el récord del año pasado. La compra de deuda de mercado emergente resalta el cambio en las percepciones desde la crisis financiera.

 Los mercados emergentes se han vuelto más populares con los inversionistas que están preocupados acerca de los problemas en occidente, particularmente aquellos en las economías afectadas en la periferia de la eurozona.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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