Fondos pensiones se convertirán en motor de la economía

Fondos pensiones se convertirán en motor de la economía

POR ALEIDA PLASENCIA
El empresario Celso Marranzini consideró que los fondos de pensiones se van a convertir en el motor de la economía dominicana, fomentarán la creación de nuevas empresas y contribuirán grandemente a la generación de empleos.

Los fondos de pensiones, dijo Marranzini, generarán la competencia necesaria en las tasas de interés e incidirán en el desarrollo de un mercado inmobiliario que permita a las nuevas generaciones la adquisición de una vivienda en condiciones mucho más accesibles que las actuales.

«Hoy nuestros empleados han pasado a ser simples espectadores a accionistas del desarrollo, han cambiado la incertidumbre del mañana por la garantía de unos fondos de pensiones que le permitirán disfrutar con tranquilidad de los últimos años de su vida», sostuvo.

«Estos fondos -indicó- se convertirán en el indudable motor de la economía, generando la necesaria competencia en las tasas de interés.»

Al pronunciar un discurso en la puesta en circulación del libro «Seguridad social, diseño y concertación», de la autoría de Arismendy Díaz Santana, gerente general del Consejo Nacional de Seguridad Social, Marranzini consideró también que el Seguro de Riesgos Laborales, con los aportes exclusivos del sector empresarial, ha recaudado mucho más de lo estimado. «Este es un logro que tira por la borda las constantes acusaciones hacia nuestro sector empresarial de que no hacemos los aportes debidos a la seguridad social», añadió.

«En estos momentos -indicó- existen recursos más que necesarios para cubrir las necesidades de este seguro.

Sostuvo que, sin embargo, no se puede decir lo mismo del Seguro Familiar de Salud del régimen contributivo. Dijo que este se inició en la Región IV y se hizo para cumplir con una promesa política, sin estar organizado ni mucho menos estructurado para arrancar.

Según Marranzini, «la cruel crisis económica por la que ha atravesado el país en los últimos dos años y la tozudez de los rectores de este seguro, han tenido una responsabilidad enorme en el hecho de que esta pata de la seguridad social no haya alcanzado los éxitos de las demás».

Añadió que «los empresarios que fuimos capaces de propugnar por un modelo de seguridad social original en el continente y en el mundo, donde la responsabilidad de los costos a diferencia muchos otros sistemas recae principalmente en nuestras empresas, hoy tenemos toda la credibilidad para advertir que si bien es necesario mantener el Instituto Dominicano de Seguridad Social (IDSS), más importante sería mantener nuestras empresas».

Dijo que sin la presencia de las empresas, no habrá seguridad social ni muchos menos IDSS.

Agregó que tiene la seguridad de que la capacidad conciliadora de los dominicanos no solo permitirá afianzar y terminar de hacer realidad en todo su conjunto la vital Ley 87-01 (sobre seguridad social), «sino que nos encausará por el sendero del desarrollo y equilibrio social que queremos todos los dominicanos».

Marranzini entiende que la Ley de Seguridad Social es, sin lugar a discusión, la legislación más importante después de la Constitución de la República. Dijo que la seguridad social, que es una preocupación de todos, es uno de los mecanismos más importantes de equilibrio y justicia social que interesan al Estado, como forma de alcanzar una verdadera distribución de la riqueza.

Entiende que la seguridad es el mecanismo que procura el buen funcionamiento que evita que algo falle y, cuando es social, quiere decir que pertenece a todas las clases.

«Si entonces unimos diseño con el peso de la palabra concertación, que quiere decir componer, arreglar, acordar, pactar, no cabe duda que tenemos un título que atrae al más distraído de los lectores», señala en referencia a la obra puesta en circulación por Díaz Santana.

Marranzini refirió que en el año de 1994 el CONEP, entonces denominado Consejo Nacional de Hombres de Empresa, bajo la presidencia de George Arzeno Brugal, inició una campaña para mejorar el decadente y corrupto Seguro Social, una institución caracterizada en ese entonces por una abultada nómina y escasos servicios. «Cualquiera pensaría que más de diez años después ha cambiado mucho pero no ha sido así, la única esperanza es que en algún momento tendrá que competir con sus homólogos del sector privado y la competencia obligará al IDSS de hoy a ser diferente», advirtió.

Dijo que «hasta la promulgación de la ley 87-01 no existía una verdadera legislación en materia de seguridad social y el sector privado más organizado recurría a servicios propios, como único mecanismo de lograr ciertas atenciones médicas a nuestros empleados».

«La crisis del IDSS era tan grande -dijo-, que la entonces Asociación Médica Dominicana, la mayor defensora de ese instituto, contaba con un seguro privado para sus afiliados porque ni ellos mismos, que prestaban los servicios en dicha institución, creían en la calidad de los mismos.»

«El sector laboral recelaba de esta iniciativa porque, aún cuando tenía bien claro la deficiencia de los servicios del IDSS, se había acostumbrado al desastre y temían que la posición del empresariado no resolviese la enorme deuda social que arrastrábamos los dominicanos por mas de treinta y cinco años», indicó.

«Es entonces cuando se inicia unos de los procesos de concertación más interesantes de nuestro país», recordó. 

Dijo que «el esfuerzo del entonces presidente de la Comisión Permanente de Seguridad Social del Senado, Iván Rondón, que junto con Díaz Santana recorrieron el país con el proyecto a cuestas, realizando vistas públicas en múltiples ciudades en toda la geografía dominicana, con todos los sectores de incidencia en el proyecto,  hasta llevar el mismo a la ciudad de New York, para que también la comunidad dominicana residente en esa urbe pudiese ser part{icipe con sus sugerencias de la estructuración de este colosal proyecto.»

El proyecto sufrió adaptaciones, «se dió el tiempo necesario para que todos los sectores hicieran sus aportes y aún cuando no fueron pocos los obstáculos, la decisión firme del Senado presidido por el ingeniero Ramón Alburquerque, la tenacidad de Rondón y de Díaz Santana, así como la alianza sin precedentes entre el sector laboral y el empresarial, permitieron que los dominicanos diésemos el salto hacia un mañana diferente», aseguró Marranzini.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas