Forense: Sabiduría popular

Forense: Sabiduría popular

La concepción nietzscheana del hombre superior lleva, en ocasiones, a algunos intelectuales a considerarse dioses flotantes, los cuales desde lo más alto del firmamento contemplan a sus congéneres cual si fueran insignificantes hormigas.  Suelen ser muchas las ocurrencias sociales que fortalecen ese tipo de concepción, llegando uno a escuchar el uso de términos denigrantes como son los de plebe, populacho, hombre mediocre, etc. 

Un individuo puede acumular una serie de conocimientos tal que lo hagan excepcional, sin embargo, el total de las experiencias del conglomerado será siempre superior a la de una sola persona. No debemos subestimar ni menospreciar los aportes intuitivos de gente que jamás ha soñado con pisar las aulas universitarias; prueba de ello es el relato que sigue a continuación.

Una mujer de 54 años se quejaba ante su hermana de un creciente dolor de cabeza el cual se acompañó de una progresiva disminución de la conciencia hasta llegar a un estado comatoso. Fue conducida de emergencia al hospital local pero dada la gravedad del caso hubo de ser transferida a un centro de salud provincial. Allí se le diagnosticó una hemorragia cerebral.  La paciente tenía historia de ser hipertensa y diabética desde hacía varios años. El coma se hizo profundo e irreversible muriendo la paciente el mismo día de su hospitalización.  Se emitió un certificado de defunción diciendo que la causa de muerte fue un sangrado cerebral secundario a una hipertensión arterial.

Mientras se llevaba a cabo el sepelio, se notó la ausencia sin excusa del esposo en el entierro.  La familia de la occisa se comunicó de inmediato telefónicamente con un hermano para compartir lo extraño del comportamiento por parte del hoy viudo.  A los pocos minutos una llamada de regreso ordenaba detener el enterramiento y trasladar el cadáver a Patología Forense para realizarle una necropsia. De inicio el caso fue manejado como si se tratara de una muerte natural. Sin embargo, a medida que se conocían los aportes del cadáver éste empezaba a contar otra historia.

En los brazos había unos moratones que apuntaban a una situación de lucha; en la cabeza se observaron contusiones y al abrir el cráneo fue muy obvia la presencia de un gran hematoma subdural, es decir, un sangrado intenso a consecuencia de una fractura parieto-occipital izquierda. La causa final de muerte resultó ser un trauma craneal severo que produjo fractura y hematoma subdural izquierdo, seguido de edema cerebral. 

La muerta habló negando la interpretación inicial dada por quien emitió el certificado de defunción original. Toca al marido explicar a las autoridades judiciales su raro comportamiento ante la pérdida de la compañera. Fue la intuición popular lo que permitió que esta difunta pudiera hablar a través de la necropsia y contarnos la verdadera historia de su muerte. La narrativa del caso confirma el concepto de que, la sabiduría del conjunto será siempre mayor que la de un solo individuo. ¡Jamás despreciemos el espíritu intuitivo del pueblo!

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