El gran pecado de Lorena para perder de golpe y porrazo 17 años que tenía de carrera militar, fue comer una barquilla de helado vestida con su uniforme de sargento mayor, rango que con mucho esfuerzo había alcanzado en el Ejército Nacional.
Un compañero desaprensivo y abusador, la captó con su celular en el comedor de la institución y, sin su consentimiento, subió la foto a las redes sociales y acabó así con su carrera.
Su caso fue dejado ayer pendiente en el Tribunal Superior Administrativo, donde sometió una acción de amparo tras ser cancelada por el hecho el pasado 18 de septiembre, alegando que se le violaron sus derechos fundamentales.
El abogado que representó a la institución castrense en el tribunal, justificó la cancelación de la joven mujer, que ha procreado cuatro hijos, diciendo ante los jueces en audiencia pública, que esta, con la forma en que se comía el helado había hecho daño a la institución.
“Ella se comía el helado pero era haciendo insinuaciones que riñen con la moral y con el uniforme que tenía puesto, eso le hizo daño no solo a ella, sino a la institución también”, argumentó el oficial-abogado.
En defensa de la mujer. Su abogado Ramón Martínez, dijo que a Lorena no solamente le violaron sus derechos fundamentales al atribuírsele “faltas graves” y cancelarla por comerse un helado en el comedor de la institución mientras estaba de servicio, sino que también le violaron su derecho a la intimidad, lo cual no se tomó en cuenta.
Agregó que además, ni en el Código Penal ni el reglamento interno de la institución aparecen sanciones penales “por comerse un helado”. Consideró que cualquier medida debió tomarse contra el “desaprensivo y violador de intimidad” compañero de labores de Lorena.
Pidió a los jueces ordenar el reintegro de la exsargento mayor, “reconociéndole su tiempo, rango y haberes dejados de percibir” desde su cancelación, y en caso de que el Ejército Nacional no cumpla la sentencia a intervenir, condenarlo al pago de un astreinte de RD$5,000 diarios.