Muchas veces nos preguntamos: ¿Qué pasa con nuestros jóvenes y los valores que estos profesan? ignorando que somos nosotros como padres los llamados a formarlos en un sistema de valores, que es nuestra responsabilidad educar a nuestros hijos para que tengan una conducta y comportamiento adecuado, que les permita sentirse bien y ser aceptado en el ambiente en que se encuentren.
Los valores son las reglas de conducta y actitudes que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de lo considerado correcto. Nos ayudan a discernir entre el bien o el mal, nos dan una directriz de cómo debemos actuar. Nuestros valores se transforman en conductas y comportamientos que son la base para relacionarnos y vivir en una comunidad.
Existen diferentes tipos de valores; entre los más comunes están: el respecto, la solidaridad, la empatía, el amor, el compañerismo, la consistencia, cortesía, la justicia, la amabilidad, la bondad, la lealtad, gratitud, la amistad, entre otros. Como podemos ver, los valores guían nuestra conducta no sólo hacia nuestro bienestar, sino también el de nuestros semejantes.
Es importante reconocer que la formación en valores se consigue con el ejemplo, nuestros hijos son modelados con nuestras propias acciones y actitudes.
Los valores constituyen un sistema, un marco referencial que nos permite trazar el perfil reactivo frente a determinadas situaciones, es por esto que los valores ayudan a moldear incluso aspectos del carácter, y a modular aspectos del temperamento. Si comprendemos estos puntos, entonces podemos concientizarnos de nuestra responsabilidad en la creación de sistemas de valores ricos en cualidades que permitan a nuestros hijos vivir en armonía.
Tips para educar o formar hijos con principios y valores:
Reconocer que los hijos al nacer no son buenos ni malos, que somos los padres quienes estamos llamados formar en ellos conceptos de lo correcto y lo incorrecto. La forma de actuar y pensar se construye en la niñez.
Predicar con el ejemplo, es muy probable que tu hijo repita lo que te vea hacer o diga lo que te oiga decir.
Aprender a decir no, por amor a tu hijo debes enseñarle que no siempre es posible tener todo lo que se pida. Explícale con paciencia las razones por las que a veces puedes darle lo que te pide y por qué a veces no.
Ayúdarlo a pensar y discernir entre el bien y el mal. Habla y reflexiona acerca de la forma correcta de actuar, esto ayudará a transmitir nuestras creencias y la manera de pensar, percibir el mundo y de actuar. Recuerda que motivarlo a reflexionar junto a ti, implica la tolerancia a las respuestas erróneas que tu hijo te dé, y a partir de ellas, guiarlo hasta tener ideas más claras.