Formación  estructural interna del Convento de los Dominicos

Formación  estructural interna del Convento de los Dominicos

En las construcciones religiosas coloniales lo más llamativo es la formación estructural de  su interior.

Entre ellas tenemos la del Convento de los Dominicos, primer templo construido de piedra en el 1511,  de estilo isabelino criptocolateral de una nave abovedada, ábside octogonal, coro alto y capillas entre los contrafuertes.

Visto interiormente se puede apreciar que la bóveda de cañón descansa sobre dos grandes arcos de formas muy variadas: ojival, o sea cruzada en ángulos hacia el lado del presbiterio, y conopial, que es de un ángulo  más reducido y de corte en la piedra principal del centro hacia la nave, el cual se apoya sobre las decoraciones estructurales piramidales que sobresalen de un plano  y tienen tres bordes formando una hoja de trébol.

También tiene arcos  escarzanos,  o sea de corte menor que el semicírculo del radio, los que corresponden a los brazos casi separados del tramo central, aliviando así el peso que soportan. En cada uno de ellos hay una abertura. Los de los extremos sur y norte son claraboyas que debajo tienen anexa una gruesa pilastra estriada esculpida en piedra que sobresalen del muro, las cuales son de estilo mozárabes y están cerradas con los vitrales donde están mezclados los colores, rojo, azul y amarillo formando cuadrilobulados.

Y estos están enmarcados y con el borde de la parte superior arqueado.  Hay otra claraboya mediana en el lateral Este,  también con un vitral realizado utilizando  los mismos colores. Son un total de seis cavidades, porque detrás del altar mayor aparecen dos  más con vitrales. 

A ambos lados de la nave central  presentan un vitral redondo con los mismos colores pero combinados en forma de líneas y curvas.

Ahora para el lateral, la pared en el alto presenta dos ventanillas también con vitrales de colores. Todos ellos sirven de iluminación.

La cúpula de las capillas ofrece variaciones de un estilo gótico, en complicadas e interesantes  dibujos de círculos y estrellas. La primera bóveda transforma sus ligaduras en círculos y las del coro tienen sólo dos puntos de apoyo.

Su mayor curiosidad estructural decorativa es que la superficie inferior presenta líneas de molduras: de cada vértice esquinero interno salen tres que se abren al llegar al medio divididas por un bloque redondo del que parten otras molduras curvas centralmente, mientras las que hay a cada lado forman círculos.

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Arcos internos donde descansa la bóveda del Convento de los Dominicos.
Hoy/Lésther Álvarez

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