En nuestro país el mes de noviembre está dedicado a la familia, conforme al decreto1656 del 29/10/71, cuya presente reseña proyectamos desarrollar y ampliar su contenido en un libro.
La familia es la célula principal de la sociedad cuya sana o defectuosa formación o desintegración, incide positiva o negativamente en dicho cuerpo social, al tenor del subtítulo que figura en el epígrafe.
Nuestra Constitución, en su artículo 55, dispone que la familia es el fundamento de la sociedad y el espacio básico para el desarrollo integral de las personas, constituyéndose por vínculos naturales o jurídicos, de acuerdo con la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.
Se refiere a los matrimonios conocidos como legales o civiles, a los religiosos o canónicos y a la unión singular y estable entre un hombre y una mujer, libres de impedimento matrimonial…
La familia es una institución social que es influenciada por la sociedad, pero es en su interior donde se determinará el futuro comportamiento de los ciudadanos.
Por tanto, la familia es la responsable de asegurar un ambiente propicio al equilibrio psicológico del niño, en el que pueda experimentar el amor desinteresado, la confianza y la seguridad; quien debe transmitir los valores patrios, morales, religiosos, sociales, culturales y familiares.
La sociedad dominicana se ha visto envuelta a lo largo de los últimos años en muchos cambios psicológicos, políticos, económicos y sociales. Se registra un alto índice de violencia intrafamiliar, incluyendo los feminicidios, incremento en los niveles de conductas antisociales, altos niveles de consumo de alcohol y drogas, así como una degeneración de nuestros valores tradicionales. Esto ha llevado a cambios dentro de la familia, en su conformación, participación de sus miembros, el manejo de las crisis, la comunicación, entre otros; por lo que se está manejando constantemente un lenguaje de desesperanza en torno a la familia.
El Dr. José Aníbal Cruz, que en su libro “Crisis y decadencia de una sociedad enferma”, señala: “Desafortunadamente, nuestra sociedad parece estar incluida dentro del diagnóstico de enfermedad, y cuando observamos la descomposición social que nos embarga, donde los principios de adhesión humana se han perdido y sólo existe “el sálvese quien pueda”
Concluimos con el lapidario pensamiento de Philippe Heriart, “Todo el poder nacional surge de la familia. La grandeza de las familias hace la grandeza de un país a pesar de los gobiernos”