El aspecto peculiar que en la ciudad de Santo Domingo da a los antiguos templos carácter propio es aquel que presenta una estructura fuera de lo común, principalmente en sus frontispicios.

Uno de ellos lo podemos constatar si llegamos a la Catedral Primada de América y observamos el portal norte situado frente al parque Colón, donde adosado se encuentra el Cabildo eclesiástico.

Éste tiene una fachada que la forman siete arcos de medio punto de piedra tallada de desigual altura, al de los laterales tener seis y cuatro metros de alto pero el del centro es el más elevado, debido a que tiene nueve metros de alto, el cual también presenta la diferencia de que frontalmente el cuerpo de su marco sobresale un metro hacia fuera de los otros, siendo la puerta de entrada del lado norte del templo.

Sin embargo, allí en la parte superior justamente sobre él podemos apreciar una galería con dos arcos carpaneles de reminiscencia gótica, centralmente sostenidos por una pilastra de piedra tallada con un balcón interno compacto, cuyo cuerpo frontal presenta adornos estriados y centralmente un emblema redondo eclesiástico.

Igualmente, si llegamos al final de la cuesta de la calle Santomé encontramos al otrora templo de San Lázaro, construido de piedra en 1759 con una nave central de ábside poligonal, el cual presenta una fachada con otra curiosa galería. Ésta la forman tres arcos de medio punto totalmente enladrillados, sostenidos por cortas pilastras con  bordes circulares.