Formando Un Gobierno Provisional

Formando Un Gobierno Provisional

Por HAMLET HERMANN
El 2 de julio de 1965 ya habían empezado a sonar los nombres de algunos candidatos para conformar el gabinete del gobierno provisional que debía estar presidido por Héctor García-Godoy Cáceres.

Entre ellos se mencionaba a Luis Julián Pérez, ganadero del Este del país que había sido funcionario durante la tiranía de Trujillo, Salvador Ortiz, economista que se desempeñara como Director de la Oficina Nacional de Planificación durante el gobierno del Consejo de Estado luego de la muerte de Trujillo, Anselmo Brache, un seguidor de Joaquín Balaguer quien fuera funcionario durante el gobierno de Bosch, Milton Messina, funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, Rafael Alburquerque, juez de tierras y dirigente de Unión Cívica Nacional, Tomás “Jimmy” Pastoriza, empresario de Santiago y cuñado de García-Godoy, así como Eduardo Read Barreras, entonces embajador en Italia.

Dentro de las conversaciones preliminares entre el embajador norteamericano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Ellsworth Bunker, y García-Godoy se inclinaron por Read Barreras como compañero de gobierno en calidad de Vicepresidente.

Ante el rechazo del gobierno constitucionalista a la candidatura de García-Godoy Cáceres, el enviado norteamericano, Ellsworth Bunker, concertó un encuentro con “los tres de Santiago” (Antonio Guzmán, Salvador Jorge y Aníbal Campagna), quienes formaban parte de la comisión negociadora de los constitucionalistas.

Con ellos discutiría la estrategia a seguir en torno al gobierno provisional. Apresuraba esa reunión porque al día siguiente sostendría otra, como parte de la Comisión de la OEA, con los representantes constitucionalistas en la zona liberada.

Los santiagueros parecían estar dispuestos a enfrentar el rechazo a García-Godoy Cáceres que sostenían el presidente Francisco Caamaño, Jottin Cury y Héctor Aristy. En su afán de lograr la sumisión de todos, Bunker perdía de vista que el rechazo a García-Godoy Cáceres era una posición de consenso de los sectores más progresistas entre los que defendían la soberanía nacional. Éstos habían podido percibir que ese era el candidato que los invasores consideraban podía continuar los planes que se trazaron en la Casa Blanca desde el día que el pueblo dominicano, bajo la dirección del presidente Caamaño, decidió enfrentarse a las tropas de Estados Unidos para defender la soberanía nacional.

Los “reconstructores” exigen

La Comisión de la OEA se reunió con el Gobierno de Reconstrucción Nacional en la mañana del 12 de julio de 1965. En esa oportunidad los acompañaría Héctor García-Godoy Cáceres. Para sorpresa de los delegados, también estarían presentes los principales mandos de los militares de esa facción y un contingente de oficiales superiores de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Estos últimos habían sido invitados por los “reconstructores” para que tuvieran la oportunidad de conocer al futuro Presidente del gobierno provisional.

Allí, los militares del Gobierno de Reconstrucción Nacional, ente creado por el gobierno de Estados Unidos y sostenido por las tropas de ocupación, presentaron un documento que contenía cinco puntos los cuales consideraban necesarios para llegar a un acuerdo. Estos eran:

1- desde su punto de vista la crisis que se desarrollaba  en República Dominicana en ese año de 1965 era una lucha ideológica entre la democracia y el comunismo. Consideraban que era imperativo evitar que, de alguna manera, el comunismo luciera triunfante;

2- en relación con los oficiales constitucionalistas, consideraban que éstos debían ser deportados y mantenidos en el exterior por cinco años. Enfatizaron en que si a alguno de los constitucionalistas se le ocurriera venir al país antes de cumplidos los cinco años en el exterior, serían sometidos a corte marcial;

3- Los militares constitucionalistas que fueran considerados por el Gobierno de Reconstrucción Nacional como culpables de cometer delitos de orden común, serían sometidos a los tribunales militares competentes.

4- Los altos mandos de las Fuerzas Armadas que actuaban en ese momento a nombre del Gobierno de Reconstrucción Nacional no serían sustituidos mientras durara el gobierno provisional.

5- Propusieron que se elaborara un acto institucional antes de que se designaran las personas que ocuparían las posiciones, entendiéndose que las propuestas anteriores no debían ser aprobadas sino hasta que la zona constitucionalista fuera suprimida de “una u otra manera”.

La reacción de Héctor García-Godoy Cáceres a estas propuestas fue solicitada por los militares asistentes. Impresionado y aparentemente intimidado por lo que había escuchado de parte de los que se consideraban representantes de la democracia, el futuro gobernante se excusó al decir que los temas serían incluidos en la agenda de discusiones.

Consternado por el agresivo carácter del encuentro con los que operaban bajo la designación de Gobierno de Reconstrucción Nacional, Héctor García-Godoy Cáceres consideró que no debía seguir participando en encuentros de esta naturaleza. La explicación en aquel momento fue que su imparcialidad podría ser cuestionada por alguna de las facciones. No obstante, se hizo evidente que la impresión que le causó la forma áspera en que se hicieron las exigencias de aquel sector empezaba a darle señales de lo que sería el gobierno provisional que encabezaría.

Ser o no ser

Héctor García-Godoy Cáceres a veces lucía deprimido por las dificultades que había encontrado en sus intentos de organizar un gabinete ministerial. Personas que se habían comprometido con él habían estado dando marcha atrás. Para el futuro gobernante, no había posibilidades reales de persuadir a personas de alto nivel para servir en un nuevo gobierno sin que se hubiera solucionado primero el desarme de los constitucionalistas y los militares estuvieran bajo el control de las autoridades civiles.

En medio de ese desconsuelo entre los que dirigirían el gobierno que necesitaba la ocupación militar, el negociador norteamericano Ellsworth Bunker se reunió en privado con Héctor García-Godoy. Esta reunión tendría lugar en la noche del 9 de julio de 1965. El candidato encontró las informaciones como descorazonadoras.

Consideraba como un fracaso el que su candidatura no fuera respaldada en términos positivos sino como una imposición de Estados Unidos. Daba la impresión ante el pueblo dominicano de que la OEA estaba obligando a los dominicanos a aceptarlo y no que fuera producto de las conversaciones propiamente dichas.

Otro que, por su lado, estaba recibiendo mensajes compulsivos de naturaleza semejante, fue Eduardo Read Barreras, quien estaba señalado para ser Vicepresidente del gobierno provisional. El 25 de julio de 1965 Read informó a Héctor García-Godoy Cáceres que había decidido no aceptar la propuesta de ser candidato a la vicepresidencia. Tampoco formaría parte del gobierno provisional. Según su opinión, los problemas a enfrentar eran demasiado difíciles. Enfatizó su convicción de que ellos, como gobernantes, no tendrían control alguno sobre los militares por lo que no podrían evitar la represión y las venganzas. Según su parecer, toda la sangre que se derramaría caería históricamente sobre ellos dos.

Opinó que con tantas armas en manos de los civiles, el resultado sería, inevitablemente, la continuación de la guerra civil, sólo que bajo otra modalidad. No conforme con su propia renuncia, Read Barreras invitó a Héctor García-Godoy Cáceres a rechazar la nominación presidencial, alegando que sus respectivas vidas estaban en peligro.

García-Godoy Cáceres escuchó impresionado el desahogo de Read Barreras y entonces le pidió que no diera a conocer su decisión inmediatamente. Para el futuro gobernante, esa renuncia antes de asumir el cargo complicaría aún más las negociaciones pero en sus planes no estaba renunciar a ser Presidente de la República, aún fuera en las condiciones de ejercer bajo la ocupación militar de República Dominicana.

No obstante, Read ignoró la petición de silencio que le hacía García. Ese mismo día emitió una declaración pública renunciando irrevocablemente “al honor” que constituía esa candidatura. Por informaciones recibidas, así como por la forma y el contenido del documento García-Godoy estaba convencido de que éste había sido preparado con la ayuda del sacerdote Oscar Robles Toledano, quien formaba parte del grupo que encabezaba Rafael Bonnelly y se había realizado en la casa del doctor Nicolás Pichardo.

A este sector se le consideraba como partidario de Antonio Imbert Barreras quien encabezaba el Gobierno de Reconstrucción Nacional a quienes les asaltaba la sospecha de que estando fuera del aparato de gobierno, su influencia disminuiría mucho.

El parto estaba resultando muy doloroso y habría que ejecutar una cesárea para que la criatura del gobierno provisional pudiera nacer.

Este trabajo del ingeniero Hamlet Hermann forma parte de un libro que en la actualidad elabora en torno al gobierno provisional de Héctor García-Godoy Cáceres ejercido desde el 3 de septiembre de 1965 hasta el 1 de julio de 1966. En sucesivas publicaciones en HOY, Hermann irá dando a conocer los avances que, hasta el momento, haya logrado en esta tarea. Las fuentes documentales son, en su mayoría, inéditas y muchas de ellas provienen de los documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos, los cuales fueron mantenidos en secreto hasta el recién pasado año 2005.

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