Formas de exclusión

Formas de exclusión

Sabana de la Mar es un botón de muestra de exclusión social. Es un ejemplo de ensanchamiento de brechas socio económicas.

Hay barrios que carecen de agua potable y energía eléctrica.

Pero tienen de vecinos centros tecnológicos comunitarios.

Es un contraste de exclusión, de pobreza y progreso paralelos.

Los policías de allí suman menos que los dedos de las dos manos.

Ellos «garantizan» la seguridad ciudadana, el orden público.

En la era del conocimiento, la escuela Abigail Mejía se está cayendo.

En otra escuela, también destartalada, se practica el hacinamiento.

En ésta se pretende el milagro de que la pedagogía funcione con 140 estudiantes en dos aulas.

A Sabana de la Mar se llega por una secuencia de cráteres salpicados de calle.

Y la salud de sus habitantes la «garantiza» un hospital con pobre subvención y carente de equipos.

Tampoco hay un puerto en condiciones de servir a quienes viven de la pesca y a eventuales turistas.

Los sabanalamarinos son exiliados en su propio país, en plena era del conocimiento y mientras se pretende cerrar la brecha digital.

Hasta que les toque el turno, son una avergonzante muestra de exclusión socio económica.

Espeluznante

Cuando uno se entera de que dos policías que mataron a un comerciante en Bonao pertenecerían a una banda criminal, o lee que en Elías Piña fue arrestado un raso del Ejército que alquilaba una pistola para atracos, asaltos ¿y homicidios?, uno termina convencido de que estamos ante una situación de grave resquebrajamiento de la seguridad y la autoridad.

Cuando se escuchan afirmaciones como las hechas este lunes por el doctor Marino Vinicio Castillo, quien tiene usualmente muy buenas fuentes de información, en el sentido de que el noventa por ciento de las bandas criminales tienen a policías y/o militares entre sus integrantes, entonces queda uno claro de que el país está en un serio riesgo.

Ante panorama tan espeluznante, es recomendable que se hagan esfuerzos serios para tratar de revertir la situación, que los encuentros entre autoridades y entidades de la sociedad civil den origen a respuestas firmes que permitan garantizar el retorno de la seguridad.

Nos parece que el Presidente Leonel Fernández encabeza a un conjunto de autoridades realmente preocupadas por la criminalidad y la violencia. No nos cabe la menor duda.

Solo que quisiéramos alentarles para que la canalización de esas preocupaciones conduzca a fórmulas que ataquen todas las aristas de este problema cuya parte espeluznante y visible es simplemente el efecto derivado de causas que hay que eliminar sin miramientos, con la convicción de que se trabaja para salvar al país. Hay que hacerlo caiga quien caiga y sin más contemplaciones.

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