Crear una masa crítica de gestores del control de epidemias es ineludible
Formemos epidemiólogos genuinos al pensar, agudos al vigilar las epidemias y resolutivos al actuar con determinación. Nunca ha sido tan ineludible crear una masa crítica de gestores del control de epidemias como ahora. En esta década el desafío es formar los epidemiólogos que República Dominicana y el mundo precisan en el contexto desafiante del cambio climático.
Se impone una educación de postgrado de calidad en matemática, estadística, filosofía, urbanismo, gestión ambiental, cartografía georeferenciada y animación comunitaria. No es graduar epidemiólogos al vapor. Tampoco entrenar como “salubristas” esos médicos que no pudieron ingresar en otra especialidad. Es producir maestros y doctores en epidemiología con aptitud, actitud y práctica bien retribuida. Es preparar profesionales de salud para las nuevas y viejas epidemias que vendrán.
Entiéndase que en relación a otras pandemias, el COVID-19 produce menos casos y muertes pero genera mucho más impacto económico y pobreza. Provoca efecto dominó de más muertes indirectas, contiguas y colaterales derivadas de la pandemia.
Hasta marzo 2021 acontecen 128 millones de casos confirmados de COVID-19 en relación a 7,700 millones de habitantes mundiales con 2.9 millones de fallecidos. Apenas 1.7% de la población ha sido afectada, sin embargo las pérdidas económicas al final se estiman superiores a 280 mil millones de dólares. La actividad económica de las naciones avanzadas cayó 7%. Se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo como América Latina, se retraigan 2.5%. La disminución prevista en los ingresos per cápita será de 3.6 %, lo que empujará millones de personas a la extrema pobreza.
La pandemia de gripe de principios del siglo XX generó 550 millones de personas afectadas (1/3 mundial) y se produjeron 50 millones de fallecidos. Los indicadores mostraron que tanto la producción industrial de Estados Unidos de América como el índice de actividad empresarial cayó, pero luego se recuperó rápidamente. Igualmente, un estudio reciente del Departamento de Finanzas del Canadá estima que el impacto general sobre el PIB anual fue solo del 0.4%.
En este contexto se impone una Epidemiología crítica que entienda que el destino del mundo se decidirá en las ciudades. Que aplique esta ciencia para conocer mejor las ciudades y el comportamiento riesgoso de sus poblaciones. Que entienda cómo la invasión de los ambientes naturales por una urbanización rápida, excluyente y caótica, generará más epidemias de enfermedades infecciosas y elevará las mortales enfermedades crónicas no transmisibles.
La población urbana mundial aumentó de 751 millones 1950 a 4,400 millones en 2020. Actualmente, las áreas más urbanizadas son América del Norte con 82% de población urbana y América Latina 81%. Las ciudades donde la urbanización fue más del 70% son protagonistas de la pandemia de COVID-19. Eduquemos epidemiólogos urbanistas de la transformación social.