Al sentir las declaraciones de los distintos equipos todos ha declarado que la verdadera temporada comienza en Imola. “Hemos solucionado nuestros problemas y en Imola estaremos en condiciones de ganar”. “Los test han ido perfectos y ahora somos mucho más fuertes”. Estas frases y otras por el estilo fueron el denominador común en los distintos test que todos los equipos de F-1 realizaron después del GP de Australia. Pero se tiene la impresión de que la mayor parte de ellos sufrirán un profundo desengaño desde que inicien las cosas de verdad en el circuito de Imola.

En otras temporadas estas aseveraciones hubieran sido lógicas y normales, comúnmente aceptadas. Se llegaba a las primeras carreras un poco cortos de preparación, aún con muchos detalles de la temporada anterior y no era hasta el desembarco en Europa cuando se podía contar con todas las novedades. Pero el pasado año Renault cogió a todos desprevenidos, llegó a las pruebas australes con todo a punto y consiguió una ventaja importante que luego se permitió administrar. Y este año, repetición de la jugada, más de lo mismo. Ahí está la ventaja acumulada por Renault y Alonso en estos inicios de Mundial.

Todos presentan novedades

McLaren no ha sacado todo el provecho esperado. El motor les ha dado muchos problemas inicialmente, pero ahora están creciendo bien –han fichado a bastante gente de Cosworth– y ya es capaz de alcanzar 19,700 revoluciones en calificación y 19,100 en carrera, es decir, ya está en la cima de las potencias. En Australia llevaron nuevos alerones y ahora están a la espera de una suspensión delantera corregida. Pero siguen sufriendo problemas de mecánicas, el talón de Aquiles de su bólido.

Para Honda, el problema a solucionar es otro. Los Michelin tardan mucho en tomar temperatura y se degradan después con excesiva rapidez. Retoques en la aerodinámica y la suspensión están al orden del día.

Ferrari ha renovado mucho su auto. Aerodinámica revisada, suspensión posterior nueva y algunos elementos más rígidos son las recetas, a la espera de un nuevo cambio de tres ejes que sea más rápido de accionar. Cuentan asimismo mucho sobre una nueva generación de neumáticos Bridgestone. Toyota también ha trabajado mucho. Trulli fue uno de los pilotos más satisfechos en Barcelona. Si ya en Australia el auto fue mejor, creen que aquí han dado el paso definitivo. BMW y Williams también han hecho progresos.

El problema para todos ellos no es saber cuánto han mejorado, sino si se han acercado a Renault. Y por lo visto en estas semanas de entrenamientos, me queda mucha duda sobre este último punto. Los autos franceses no sólo acabaron siendo los más rápidos en las distintas pruebas, sino que su ritmo era realmente endiablado. Lo mejor para cualquier rival sería sorprenderlos en calificación “porque en Imola es difícil adelantar”, dijo el siete veces campeón Michael Schumacher.

En Renault como sea no se están durmiendo y estrenarán aerodinámica, la primera de las evoluciones previstas. Fisichella, además, debería disponer de una evolución de motor más potente y con mejor distribución de los caballos. No es que haya favoritismo para el italiano, sino que Alonso debe utilizar por reglamento el motor de Australia. Pero esto no será un problema para Alonso porque en Australia su dominio fue tal que pudo ‘ahorrar’ motor casi toda la carrera y en Imola lo tendrá, como quien dice, totalmente fresco.