La Junta Central Electoral (JCE) es un organismo central y tutelar del Estado Dominicano que tiene por misión no solamente conducir los procesos electorales, sino expedir actas de nacimiento a los dominicanos cuando nacemos y cedularnos cuando llegamos a los l8 años.

Sin frisar el territorio de las lisonjas, idéntico a como se reconoce que la Suprema Corte de Justicia (SCJ) fija una línea divisoria de un antes y un después de la incumbencia del doctor Jorge Subero Isa alusivo a su modernización, puede aplicarse en la JCE en el desempeño brillante de su presidente, doctor Roberto Rosario Márquez.

El doctor Rosario Márquez ha administrado con pulcritud no solo los recursos de la JCE avalado por el Pleno, sino los recientes comicios, reconocidos por la sociedad, los empresarios y la OEA.

El caso de tratar el tema se origina en que para el año próximo, el presidente Danilo Medina, asesorado no precisamente de la forma más correcta, ha cercenado para el desempeño 20l3 a la JCE la bicoca de RD$2,l00 millones, que obligará al organismo a despedir a centenares de empleados, la mayoría técnicos, cerrar divisiones de informática y lo propio con decenas de oficialías civiles.

Tendría que aumentar los servicios de expedición de actas de nacimiento y empezar a cobrar las cedulaciones, que por cierto, todas están vencidas.

La JCE publicó un detalle de sus cargas fijas el siete de este mes, y puede apreciarse que sería posible incluir en consulados y embajadas las oficinas del exterior, para reducir gastos, así como en combustibles, alimentos, seguridad, teléfonos larga distancia, internet y otras variantes, que podrían conciliarse con los gestores de Hacienda, Economía y Presupuesto, pero de ninguna manera el presidente Medina permitir ahogar la economía de la JCE, es el consenso socorrido.