Fortalecer las raíces

Fortalecer las raíces

La mayoría de los senderos de búsqueda espirituales son una travesía que nos lleva al punto de partida: nosotros mismos. Quien se conoce a sí mismo, conoce el mundodecía la entrada del templo. Sin embargo, esta no es una tarea fácil. La sociedad enferma adora los uniformes. Jodorowsky dice que ser un animal humano como todos, es fácil. Ser un ser humano auténtico es difícil.Tenemos una inmensa tendencia a no conocernos, por estar encerrados en la trampa de nuestras lealtades, sobretodo la lealtad familiar.

Cambiar significa deshacer los nudos que nos atan a la tribu y rescindir los contratos que hicimos con ellos. El árbol genealógico nos posee por medio de ocultas amenazas: queremos ser amados por los nuestros, pero si no somos como ellos quieren que seamos, corremos el riesgo de ser expulsados del clan.

Inconscientemente, chocamos con muros que seremos incapaces de derribar, aquejados de un amor ciego. Somos esclavos de nuestros terrores infantiles. Queremos que cese nuestro sufrimiento pero, por lealtad no queremos saber su causa. En constelaciones familiares aprendí que“Sufrir es más fácil que asumir la solución”.

Jodorowsky cuenta que en una ocasión fue a ver a una curandera llamada Pachita, que luego de examinarlo en silencio le dijo: “Hijo querido del alma, acepta el don”. Al principio, el creyó que ella lo trató como un hijo para provocar una transferencia. Luego comprendió que realmente le quería decir: “Eres hijo de tu propia alma. Acéptala”. El mensaje fue: acepta ser lo que eres y no lo que los otros te han obligado a ser. Vence al tabú: ¡realiza lo que te está prohibido!

Toda sanación nos invita a la traición. Sin embargo, no se trata de eliminar a alguien o borrar nuestra historia, pues sería como perder una parte importante de nosotros mismos. La clave es integrar el pasado en el presente, comprendiendo que todo lo pasado fue útil, todo tuvo una razón de ser.

La memoria de nuestro árbol genealógico está siempre presente en nosotros. Cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que nos preceden. Esto es un mínimo de catorce personas. Cuando nos movemos llevamos a todo nuestro “clan” con nosotros. Los chamanes dicen que junto a cualquier persona siempre viajan todos sus ancestros.

Por otra parte, lo que sanamos de nuestro árbol, queda sanado para las generaciones que nos sigan. Si elevamos nuestro nivel de consciencia, eso repercutirá no sólo en nuestros hijos y en los hijos de nuestros hijos, sino también en todas las obras que realicemos. Cuando podemos mirar a algo o alguien que antes no podíamos incluir, estamos más completos y eso aumenta nuestra fuerza.

Hay un tesoro que deberemos descubrir en el proceso. En constelaciones familiares se dice que dónde está la herida, está también la solución. Es así como aquello que nos enferma, también nos sana. No se trata de volvernos autónomos, sino de ser capaces de entrar en nuestra familiacomo lo hacemos en nuestros sueños. No hay que interpretar nada, solo vivirlo. Se trata de escuchar el llamado, y ver cómo estamos respondiendo. Mirar que está pasando con nosotros, escuchar a nuestro cuerpo, observando qué se mueve en nuestro interior, y en qué dirección.

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