Fortalecimiento del reformismo

Fortalecimiento del reformismo

Está sobre el tapete el fortalecimiento del reformismo, si se logrará o no, llegándose a especular sobre el interés del Presidente Fernández.

Aquí y ahora el fortalecimiento del reformismo es necesario en la medida que se haga valer su modo de gobernar: austeridad, incentivo a sectores productivos, poca propensión a endeudamientos, asistencialismo gubernamental no discriminatorio y respeto al pluralismo político.

Pero mientras este fortalecimiento al que le es consustancial la reunificación se limite a exhortaciones, a eventos sociales o actos de masas a manera de fuegos artificiales y a negociaciones a escondidas y en voz baja; no pasará de una retórica  discursiva.

A cinco meses de haber lanzado la reunificación rezando juntos el padre nuestro, no ha habido una sola reunión seria entre reformistas para discutir las bases de un fortalecimiento propugnador de  su modo de gobernar, hoy vindicado por la ciudadanía por efecto de las crisis que nos amenazan.

No se discute si se quiere hacer más reformista el modo presente de gobernar lo cual exige disposición oficial para ello, o un PRSC más gobiernista expresado en el debate constitucional luciendo mas entusiasmado en implementarla que sus propios arquitectos. O si declarar formalmente líneas autonómicas de acción de dirigentes y la institución.

Por eso, la única vía que vislumbramos para ese fortalecimiento es (1) lograr un  consenso en la dirección del partido y (2)  estructurar una especie de confederación entre todos los movimientos reformistas socialcristianos bajo el objetivo expreso de participar conjuntamente en los comicios congresionales y municipales del año próximo.

Para ello bastaría que se honrara la propia experiencia reformista en reconquistar la confianza perdida en la ciudadanía demostrada en decrecientes resultados electorales. En los 80s., no bastaron las caminatas en el mirador de su fundador que atraía enjambres periodísticos sino que fue necesario el esfuerzo organizativo dirigido por el Dr. Donald Reid.

En los 90s, no bastó el aura de la Máximo Gómez 25 para que el PRSC recuperara el segundo lugar en las elecciones del año 2000, sino que fue necesario los exámenes y propuestas semanales sobre problemas nacionales que muchos protagonizamos.

El fortalecimiento del reformismo tiene que entusiasmarse en éstas experiencias, adaptarlas a las circunstancias presentes y añadir el consenso  para dirigir el partido y la participación confederada en las próximas elecciones.

Así podrá cumplimentar la admonición de su fundador y líder: “la democracia dominicana es mejor con un PRSC fuerte”; fortalecimiento que es responsabilidad de todos los dominicanos genuinamente preocupados por la suerte de la nación y no exclusivamente de los que profesamos el credo reformista.

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