Fortaleza del peso y reservas internacionales

Fortaleza del peso y reservas internacionales

Para vender dólares en el mercado se necesitan reservas internacionales

La economía tocó fondo en abril y desde mayo se recupera por tirón del consumo de las familias e inversión de las empresas, apoyados por los préstamos en pesos del sector bancario que crecen dos dígitos.

En apoyo al progresivo regresó a la normalidad de los distintos sectores de la economía, de manera preventiva y desde la semana pasada el Banco Central inyecta directamente al mercado cambiario US$200 millones, en adición a la participación regular a través de la Plataforma Electrónica de Negociación de Divisas.

Las ventas preventivas han demostrado ser efectivas, el valor del dólar en términos de pesos se ha mantenido relativamente estable desde que se superaron las turbulencias económicas de los mencionados meses, limitaron la volatilidad de la tasa de cambio. La nueva oferta de dólares que también es preventiva, para taponar potenciales hemorragias especulativas y amortiguar la presión adicional que surge cuando las actividades económicas ganan fuerza.

Para vender dólares en el mercado se necesitan reservas internacionales liquidas que contribuyan a blindar la economía contra cualquier crisis externa. Aplicando la política de guardar para mañana, el Banco Central las ha acumulado aprovechando el aumento del flujo de dólares, el viernes pasado alcanzaba el monto de US$9,873.7 millones, una cantidad que supera en un 38% la de noviembre del 2019, equivalente a un 13% del PIB, suficiente para pagar 6 meses de importaciones.

Variados han sido los beneficios directos e indirectos.Ha mejorado la percepción de riesgo país y han posibilitado financiar con préstamos los menores ingresos fiscales. En buena medida explica que el Ministerio de Hacienda pudiera emitir y colocar con holgura a un relativo bajo costo en plena crisis sanitaria mundial, el monto de US$3,800 millones.

Ha limitado el aumento del gasto financiero del gobierno, evitando la necesidad de ajustes drásticos indeseados en el Presupuesto Público. Y que sea procíclica la política fiscal del 2021, obstaculizando las previsiones del FMI, la Cepal y el Banco Mundial, de que el próximo año recuperamos todo o casi todo el PIB que se pierde en 2020.

En mi opinión, no obstante, la fuerte presión del gasto sanitario, de la brutal brecha en las cuentas públicas, alrededor de 9% del PIB, y la enorme deuda, heredadas del gobierno pasado, el déficit fiscal del 2021 no debe reducirse a menos de 5%, no es necesario un ajuste tan violento, el consumidor y el inversor entienden las razones.

Además de que no lo recomiendan los Organismos Internacionales, las reservas internacionales acumuladas proporcionan suficiente protección para minimizar los efectos adversos de un déficit fiscal de 5%.

Debe incorporarse en el Presupuesto Público que se discute en la Cámara de Diputados, iniciativas realizables de ingresos fiscales por RD$90,000 millones, para sustituir los nuevos impuestos y ventas de activos incluidos, es evidente que no gozan de suficiente apoyo entre consumidores e inversores.

Puntualizo, de plantearse un déficit fiscal inferior al 5%, por las exigencias sociales acumuladas y las que se incorporan con motivo de la pandemia, en la práctica la política fiscal seria procíclica, con riesgo de que amplifique el impacto del choque negativo del menor flujo de dólares por cierre del turismo, inversión extranjera directa y caída de las exportaciones.

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