Fortaleza San Luis

Fortaleza San Luis

UBI RIVAS
En una de sus infortunadas como desacertadas decisiones, el ex-presidente Hipólito Mejía concedió por 30 años, mediante el decreto 703-03, a la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago de los Caballeros (ACI), el usufructo mercantil de la colonial fortaleza San Luis.

Este fuerte es el único testigo de la época colonial del Cibao, construido por los españoles en 1634, además, el único monumento de mampostería que pudo salvarse de los efectos terribles del fuego en la etapa dolorosa pero airosa de la guerra restauradora de 1863.

Durante esa epopeya, entre los generales Gregorio Luperón, Gaspar Polanco, Santiago Rodríguez y Benito Monción, se encargaron de arrasar por el fuego purificador, todo vestigio arquitectónico, ora de madera forrada de zinc, ora de mampostería, habida cuenta de que para la época no se había creado la fórmula en la industria de la construcción del block de cemento, sólo de piedra.

La fortaleza San Luis es proyectada por ACIS convertirla en un parqueo para el entra y sale diurno y nocturno de miles de vehículos, un horror, una ofensa a la memoria arquitectónica colonial y también a cuantas vicisitudes sufrieron los patriotas de la restauración y los de todos los gobiernos despóticos, que no han sido pocos ni por breve tiempo, que hemos padecido los dominicanos, sobre todo, en la nefasta Era de Trujillo.

El poeta y escritor Ramón Cabral de la Torre ha desarrollado una gestión encomiable de ponencias y difusión en el sentido de preservar como un monumento histórico, un museo de armas antiguas, una plaza artesanal, un relicario del arte, a la fortaleza San Luis.

Esa laudable gestión de Cabral de la Torre ha sido secundada por el síndico santiagués, José Enrique Sued Sem, así como por el influyente diario santiaguero La Información, como atestigua su editorial vertical y patriótico del día dos del presente mes de septiembre.

Algo natural en un historiador que se respeta como es su director, el doctor Fernando Pérez Memén.

Sugiere el editorial de referencia que la ACIS bien pudiera optar por una alternativa prudente, que no lesione el más añejo patrimonio arquitectónico de la segunda ciudad en importancia en todos los órdenes de nuestro país.

En ese tenor, el suscrito propone a ACIS que adquiera la cuadra contigua a la fortaleza San Luis que alojaba a la desaparecida Compañía Anónima Tabacalera, La Tabacalera, tan grande como la explanada de la fortaleza, pero ahí es menester invertir recursos en adquirir el solar y además, adecuarlo para los fines de parqueo, que Santiago de los Caballeros, por abulia de todos sus síndicos, no construyó oportunamente, y que ahora, con el enorme desplazamiento vehicular, requiere de tres.

Debe rechazarse de plano tanto la construcción de un parqueo soterrado en la fortaleza San Luis como en el parque Colón.

En las inmediaciones de este parque en Los Pepines, hay cuadras enteras de casuchas que bien pudieran adquirirse tanto por el ayuntamiento como por ACIS o cualquier firma de ingenieros que aspire construir y regentear un parqueo, nunca en desmedro de uno ni de otro.

Los otros dos monumentos arquitectónicos históricos de gran consideración del siglo 19 que dispone Santiago de los Caballeros son la catedral y el puente de piedra de Nibaje, ambos construidos por el maestro constructor Onofre de Lora, habida cuenta de que el monumento a la Paz de Trujillo, luego de la Restauración, como el Centro de Recreo, arabesco, fueron construidos en el siglo 20.

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