Don Rafael Herrera (QEPD) honesto, y respetable director editorialista por varias décadas del periódico Listín Diario, en uno de sus valiosos escritos incluyó una frase que planteaba, más o menos, el criterio de que es una sinvergüencería ser honesto y respetuoso de las leyes en una sociedad donde prevalecen y se multiplican los individuos corruptos y estructuras delictuosas poderosas.
Puede leer: Tigueraje de alta gama
El anterior planteamiento, equivalente al refrán “quien vive entre lobos tiene que aullar o se lo comen” parecería una invitación al auto exilio y dejar el campo abierto a los delincuentes de menor y mayor cuantía para que continúen ordeñando la vaca nacional hasta dejarla sin más leche que dar y luego se escapen a otras latitudes con el fruto de sus fechorías, pero mi parecer es que los sinvergüenzas positivos , esos que se niegan a convivir con ladrones del patrimonio nacional, se esfuercen en multiplicarse para que en corto, mediano o largo plazo se pueda cambiar el destino de la patria cuando los aborrecibles verdaderos sinvergüenzas sean desplazados del control absoluto del poder.