Fortunas en metálico

Fortunas en metálico

–Seguramente tú no sabes, Tizol, cómo comenzó la buena fortuna de “el hombre” que quiere conseguir la casa de Edelmira. –No señor Caperuzo, ni siquiera lo conozco. Usted me ha dicho que le abordó en el restaurante donde almorzamos hace unos días. Oigo hablar de él; pero nunca lo he visto. –Este influyente personaje es individuo de mente alerta. Leyó en un periódico una historia acerca del ferrocarril que comunicaba, a principios del siglo XX, a varias provincias del interior. La información incluía un mapa de las rutas. El ferrocarril no estaba en operaciones desde muchos años atrás. Las vías del tren se conservaban arropadas por la maleza.

–“El hombre” buscó esas vías a campo traviesa, arrancó los rieles y los llevó a un almacén. Lo hizo en pocos meses, antes de que el gobierno considerara una propuesta de “resucitar el tren”. Reparar las vías no era demasiado costoso; pero hacerlas de nuevo significaba un dineral. “El hombre” hizo contacto con una empresa exportadora de chatarra de hierro a la que vendió toneladas de rieles de tren. Animado por esa operación que le sacó de la pobreza, se puso a averiguar sobre los cementerios de vehículos del servicio público. Centenares de autobuses, camiones, tractores, iban a parar a solares yermos, donde quedaban abandonados.

–Propuso a las autoridades limpiar los solares y “reagrupar” los equipos deteriorados. Así podrían trasladarse nuevos “escombros” al pudridero de los transportes colectivos. Al “reagruparlos” se colocaron unos encima de otros y ya no fue posible contarlos ni hacer un inventario de las “unidades descontinuadas”. Con grúas alquiladas y la ayuda de un comerciante holandés, se apropió de la chatarra y la embarcó hacia Europa. Ganó entonces más dinero que con los rieles del tren. También consiguió amigos en muchas “dependencias del gobierno”.

–Aquí se habla de fortunas en propiedades o en tierras rurales; nosotros decimos: en bienes raíces; pero cuando una persona tiene mucho dinero en efectivo se dice que su fortuna es “en metálico”. La fortuna de “el hombre” es metalera y en metálico. Por eso pudo invertir en financieras y ayudar candidatos en campaña. Te cuento esto, Tizol, para que veas que la chatarra puede ser fuente de poder.

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