La enfermedad renal crónica es una afección silenciosa. Asintomática.
Partiendo de esto, no es de extrañar que muchos pacientes acudan a consulta, aquejados por lo que creen se trata de otro mal.
Así lo aseguró el nefrólogo ecuatoriano Fabián Ríos, quien además advirtió que muchas veces esta enfermedad no da síntomas hasta que ya está en etapa cinco.
“Ya en etapa cinco, el paciente tiene menos de un 15 por ciento de la función renal; en la mayoría de los casos, ya no hay nada que hacer”, lamentó.
El nefrólogo advirtió que esta enfermedad va en aumento, por lo que entiende que es necesario que las personas presten más atención a la salud de sus riñones, y que acudan a sus chequeos por lo menos una vez al año.
Problemas renales, problema de Salud Pública. Por lo general, el latinoamericano acude al médico cuando ya está mal, comenta el nefrólogo, a la vez que destaca que prevenir es más fácil que curar.
“Al médico hay que ir de carácter preventivo; una vez al año la persona debe hacerse un chequeo general: análisis de sangre, orina, tomarse la presión. Con esto se logra identificar los primeros inicios de los problemas”, aconsejó Ríos.
Aseguró que el compromiso del Estado, desde el punto de vista de salud renal, es tratar de identificar a los pacientes o bien a los candidatos potenciales que pueden desarrollar la enfermedad (entre ellos, los hipertensos y diabéticos).
Señaló que es preciso idear una estrategia sanitaria que permita identificar los casos en una etapa más temprana, logrando así que estas personas probablemente no tengan que entrar a diálisis nunca y si entran, lo hagan mucho más tarde.
“Se puede retrasar la entrada a diálisis de un paciente si está correctamente identificado antes de que tenga síntomas”, asevera.
En segundo lugar se debe prestar atención a los pacientes con otras enfermedades que predisponen la aparición de la enfermedad renal crónica, entre ellas la hipertensión y la diabetes.
“Un enfermo renal en etapa uno, se le puede pasar a muchos médicos, porque en esta etapa, e incluso en la dos, no presenta síntoma alguno. A esto se le conoce como enfermedad renal oculta, ya que no sube la creatinina, que es el indicador de esta condición por excelencia, pero ya presenta problemas renales”, recordó Ríos.
Para determinar entonces si un paciente está teniendo problemas renales, aún con un indicador de creatinana normal, se debe prestar atención a las proteínas en la orina. Este es el primer indicio de daño renal, antes de que se eleve la creatinina.
Fósforo, factor de muerte en pacientes renales. El fósforo es un mineral que puede afectar considerablemente la salud de los riñones.
Diversos estudios demuestran que el fósforo alto es uno de los factores de muerte en pacientes en diálisis, por lo que al disminuir este componente se estaría contribuyendo a una mejor calidad y expectativa de vida.
El doctor Ríos sostuvo que una de las primeras recomendaciones que se le hace a los pacientes renales, es la disminución de la cantidad de fósforo en su dieta.
“En Latinoamérica, el consumo de fósforo es muy alto, ya que el mismo está presente en las bebidas azucaradas, en embutidos… Este mineral es un gran preservante y potenciador de sabor”.
Sostuvo que debido a esta situación, el paciente ingiere mucho más fósforo del que su cuerpo puede manejar y frente a la imposibilidad de los pacientes, que muchas veces no pueden elegir entre los alimentos que contengan menos cantidad de este macromineral, los médicos deben recurrir a medicamentos para que expulsen el exceso de fósforo.
El nefrólogo explicó que entre los problemas que causa es que cuando el fósforo se eleva en sangre comienza a calcificar las arterias. Es decir, las comienza a endurecer, por lo que envejecen más rápido.
“Muchas veces un paciente joven (20 o 30 años) puede tener las arterías muy envejecidas por tener el fósforo alto, casi al nivel de una persona de 80 años de edad”, dijo
Sostuvo que el fósforo comienza a aumentar los niveles en sangre incluso mucho antes de que el paciente entre en diálisis.
“Cuando un paciente entra a diálisis con las arterías envejecidas, su expectativa de vida es más corta”.
Explicó que en este caso, los especialistas deben recurrir al carbonato de sevelamer (Renvela) que permite disminuir el fósforo. Su disminución está asociada con la baja de complicaciones a corto, mediano y largo plazo.
Los pacientes con enfermedad renal crónica no pueden eliminar el fósforo normalmente por la vía urinaria, esto sucede debido a que los riñones disminuyen su función, por lo que son incapaces de procesar todo el fósforo del organismo.
“Cuando un paciente entra a diálisis con las arterías envejecidas, su expectativa de vida es más corta e indica que tenía este problema hace tiempo, pero no fue correctamente diagnosticado”, por lo que se deben hacer esfuerzos ingentes para paliar este mal”, enfatizó.
El motivo de la visita al país de Fabián Ríos, quien es el presidente de la sociedad ecuatoriana de Nefrología es para dar a conocer y lanzar en suelo dominicano el medicamento Renvela que será distribuido en el país por Sanofi.
Este medicamento ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de insuficiencia renal crónica.