POR LEONORA RAMÍREZ S.
El fotógrafo Orlando Ramos, del periódico Clave Digital, someterá a la justicia por abuso de poder al jefe de la escolta militar de la primera dama Margarita Cedeño de Fernández, debido a que el martes pasado éste impidió que la fotografiara y luego de un altercado dispuso su arresto.

El  hecho ocurrió al término del concierto «Música visible», cuando Ramos trató de fotografiar a Cedeño de Fernández mientras conversaba con el banquero Alejandro Grullón.

De acuerdo con una nota publicada en el referido diario electrónico, «al percatarse de que sus órdenes no eran acatadas, el militar, que en todo momento se  negó a identificarse, indicó al reportero gráfico que quedaba detenido y encargó a su subalterno, el teniente Luis Durán, asegurarse de que esto fuera cumplido».

La misma versión establece que cuando el fotógrafo intentó  volver al lugar donde se produjo el altercado, el jefe de la escolta de la primera dama lo empujó por las escaleras.

«En vista de que Ramos se negaba a su detención, la seguridad de Cedeño convocó al lugar a dos unidades de la Policía  que, próximo a las 11:00 de la noche, sometieron al profesional del lente,  luego de colocarlo contra el piso, romper sus lentes recetados y desgarrar parcialmente su camisa».

Ramos, quien informó que sus abogados son los doctores Tomás Castro, Jesús Féliz y Juan María Castillo, expresó que en  la Policía se le trató como un vulgar delincuente, porque solamente cuando llegó al despacho del jefe de la Unidad de Investigaciones le quitaron  las esposas.

«Me ficharon para control del servicio secreto, me tomaron fotos, huellas dactilares, como si yo hubiese cometido un crimen de lesa patria, y lo único que yo hice fue cumplir con mi trabajo, por eso me resistí al arresto».

Al fotógrafo se le liberó a las 10:30 de la mañana de ayer, luego que lo interrogaran en  la Dirección de Investigaciones Criminales,  por gestiones realizas por Francisco Domínguez Brito, ex procurador general de la República.

«La noche de la detención el periodista Ramón Puello Báez, relacionista público del Despacho de la primera dama, hizo ingentes esfuerzos por resolver el problema por evitar un escándalo ante un acto de exceso de poder y de celo,  pero no fue posible, y debimos esperar las gestiones del Domínguez Brito», dijo Ramos.