Londres.– La princesa Eugenia de York, nieta de la reina Isabel II de Inglaterra, se casó hoy con el empresario Jack Brooksbank en el medieval castillo de Windsor, a las afueras de Londres, en una ceremonia ante más de 800 invitados.
En un enlace más discreto que el del pasado mayo de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, también en Windsor, la princesa Eugenia, de 28 años, contrajo matrimonio en la capilla de San Jorge de este palacio, fortaleza y residencia de fin de semana de la reina.
La jornada fresca, nubosa y con mucho viento causó problemas a las invitadas que llevaban pamelas, entre ellas numerosas celebridades presentes en el acto religioso, oficiado por el deán de Windsor, reverendo David Conner, y seguido por más de mil personas fuera del castillo a través de una pantalla gigante.
Los que acapararon la atención de la multitud reunida en Windsor fueron los niños que hicieron de pajes, entre ellos los hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge y la princesa Carlota, que no mostraron timidez alguna al saludar a la gente.
La princesa Eugenia llegó al templo en un Rolls Royce Phanton VI de 1977 acompañada por su padre, el príncipe Andrés, mientras que su madre, Sarah Ferguson, había entrado antes con un deslumbrante vestido verde esmeralda de Emma Louise.
La reina, de 92 años y que llegó junto al duque de Edimburgo, fue la última en acercarse a la capilla poco antes de que lo hiciera la novia, como marca la tradición.
La princesa Eugenia llevó un vestido blanco de Peter Pilotto y Christopher De Vos, que acompañó con unos pendientes de diamantes y esmeraldas, regalo del novio, y una tiara Greville Kokoshnik, que lucía también esas piedras preciosas y que fue cedida especialmente para la boda por su abuela.
El vestido, de estilo casi medieval, tenía escote por delante y por atrás, detalle especialmente solicitado por la princesa Eugenia para mostrar la marca que tiene en la espalda de la cirugía a la que fue sometida cuando tenía 12 años para corregir su escoliosis, una desviación lateral de la columna vertebral.
El vestido blanco llevaba grabados diversos símbolos, como un cardo, flor nacional de Escocia y en referencia al cariño de la pareja por las tierras escocesas; un trébol, emblema de Irlanda, en honor a la familia de su madre, y una rosa, símbolo de Inglaterra.
Tras la ceremonia religiosa, los novios se subieron a una carroza cubierta y tirada por cuatro caballos grises que responden a los nombres de Plymouth, Milford Haven, Tyrone y Storm, los mismos que tiraron del carruaje de los duques de Sussex tras su boda en mayo.
A continuación algunas fotos: