Washington (EFE).- El sonado fracaso de un acuerdo de consenso para legalizar a buena parte de la población indocumentada en Estados Unidos ha atizado las recriminaciones entre demócratas y republicanos, que buscan afianzar el voto hispano.
La Casa Blanca nuevamente responsabilizó hoy al líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, de usar trucos parlamentarios para impedir que se escuchara la voluntad del pueblo estadounidense.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo en rueda de prensa que los estadounidenses quieren una reforma migratoria integral que incluya el fortalecimiento de la seguridad fronteriza y un programa de trabajadores temporales, como ha pedido el presidente George W. Bush.
McClellan insistió en que Reid tiene la culpa de que el acuerdo bipartidista, anunciado a bombo y platillo el jueves pasado, se haya estancado 24 horas después en el pleno del Senado. Reid está impidiendo que avance la voluntad de un grupo bipartidista de senadores, sellada en un importante proyecto de ley que nos ayudará a corregir nuestro sistema de inmigración, subrayó McClellan.