BAGDAD (EFE).- Los más prominentes representantes chiíes en el Consejo de Gobierno (CG) retrasaron ayer de nuevo la firma de un texto constitucional con una serie de objeciones planteadas a última hora y que han sido juzgadas como inaceptables por los suníes.

Siete horas después de la hora prevista para la firma de la constitución, a la que habían sido invitados representantes diplomáticos y numerosos periodistas, la mesa que fue del rey Faisal I de Irak permanecía vacía, con 25 plumas flamantes listas para estampar la firma de otros tantos miembros del CG, que seguían discutiendo.

Fuentes diplomáticas árabes dijeron a EFE que la principal controversia se centra en la definición de la presidencia colegiada, pues los chiíes exigen que tenga cinco miembros, de los que tres serían de este credo.

Sin embargo, el acuerdo alcanzado el lunes por consenso -y que también se logró con un retraso de 48 horas- recogía una presidencia colegiada de solo tres miembros.

Las fuentes dijeron que los suníes no están dispuestos a cambiar los términos ya acordados, entre otras cosas porque argumentan que los chiíes son minoritarios frente al resto de iraquíes.

Un representante diplomático occidental añadió que los chiíes exigen ahora ajustes en la redacción del texto para garantizar que ninguna minoría podrá bloquear una decisión del futuro gobierno.

Los chiíes más recalcitrantes han resultado ser Abdelaziz al Hakim, jefe del principal partido chií, la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica, el clérigo Mohamed Bahr al Ulum y Ahmed Chalabi, considerado hasta ahora un «vasallo» de los Estados Unidos. A ellos se han unido otros dos miembros del CG cuyo nombre se ignora.

Otras fuentes añadieron que la estructura federal del estado y el peso del Islam en la constitución, que ya estuvieron en el centro de la polémica, han vuelto a ser replanteados por los chiíes.

Por último, también parece que el encaje de las milicias partidistas está siendo también discutido por los miembros del Consejo.

Todas estas informaciones se han ido filtrando paulatinamente durante la tarde, sin que haya habido ningún comunicado ni ningún portavoz que haya expuesto con claridad cuáles son los problemas que retrasan la firma.

El ambiente se iba cargando de pesimismo conforme pasaban las horas, y algunos representantes diplomáticos abandonaron la sala por precaución, ya que es noche cerrada en Bagdad y es peligroso circular por las calles.

Fuentes de la Autoridad Provisional dijeron que su propio jefe, el estadounidense Paul Bremer, se encuentra reunido casi desde un principio con los miembros del CG, y que supuestamente no está interviniendo con el argumento de que la discusión representa «el triunfo de la democracia».

Bremer les ha recordado que a partir del 30 de junio -fecha prevista del traspaso de poder- tendrán que aprender a solucionar solos sus problemas.

Numerosos militares de la Coalición estaban presentes en el salón de actos y esperaban pacientes el final de la incertidumbre, pero muchos se habían vestido de civil para la ocasión, probablemente para no dar demasiado «color militar» en las imágenes de la ceremonia.

La ceremonia de hoy ya había sido precedida por varias explosiones en la mañana de hoy en el aeropuerto y en el centro de Bagdad que no dejaron víctimas, aunque fuentes militares dijeron a EFE que varios artefactos cayeron «cerca, pero no dentro» del complejo presidencial donde se encuentra la Autoridad Provisional

El texto de la Constitución provisional -que regirá en el país solo durante un año, aproximadamente, hasta la celebración de elecciones generales- había sido consensuado a duras penas el pasado lunes por la noche.

Los asuntos más polémicos habían sido el peso de la «charia» o ley islámica, el grado de la autonomía para los kurdos y los derechos de la mujer, pero al final se había consensuado un texto general que dejaba las concreciones hasta la elaboración de un texto definitivo.

Esas fórmulas apuntaban que el Islam era la religión oficial de Irak y «una fuente» de legislación (no la única), que el futuro estado será federal (sin precisar los límites del territorio kurdo) y que las mujeres tendrían un 25 por cien de los escaños en la futura asamblea, aunque esto último se veía como un objetivo y no una cuota.