Fracasó la FAO

Fracasó la FAO

VÍCTOR GÓMEZ BERGÉS
Como ciudadano latinoamericano manifiesto mi decepción por la cumbre de la FAO en Roma. Nada concreto se logró para afrontar con la seriedad que los tiempos demandan la crisis alimentaria. Solo mostró la oferta de recaudación de 6.500 millones de dólares para luchar contra el hambre y “reducir a la mitad el número de hambrientos”, pero nada acordó para financiar la agricultura en nuestros pueblos.

 De seguro, esos dineros se prestarán a los países pobres para que continuemos comprando alimentos a las insaciables grandes potencias que disponen enormes subsidios para su agricultura.

Vamos a seguir en lo mismo, nada de producción en nuestras tierras y más endeudamiento para poder comer.

El suizo Jean Ziegler, ex relator de la ONU, criticó que la Unión Europea no dijera nada ni se comprometiera al “desmonte de los enormes subsidios” que reciben sus agricultores permitiéndole producir a menor costo y saturar nuestros mercados con sus productos.

El libre comercio y la globalización de la economía nos seguirán ahogando.

Continuaremos dependiendo de otros hasta en la comida. Argentina y Cuba, luego Venezuela, censuraron fuertemente el texto final, declarando que no ofrece solución al hambre en Latinoamérica, ni África.

La presidenta Kirchner expresó «insatisfacción» por no incluirse la eliminación de «las políticas de subsidio a los cultivos para la exportación y las barreras a la importación» tratado por los mandatarios participantes.

Me uno a los líderes que criticaron al Secretario de la ONU, por mostrarse al servicio de las potencias económicas, “no sugirió nada en nuestro beneficio porque eso molestaría a las grandes empresas”, fue la reacción de muchos.

Analizando la realidad de hoy concluimos que el orden mundial vigente es el responsable de los altos niveles de pobreza, desigualdad y exclusión existentes en el planeta y solo la solidaridad hará posible disminuirla.

Los países europeos y Norteamérica, grandes productores de alimentos, tienen que asumir mayores compromisos frente a los problemas que padecen sus pares latinoamericanos y caribeños.

¿Qué nos corresponde hacer como país? El presidente Fernández también criticó duramente las injusticias del mundo, pero aquí deberá revisar la política económica instaurada a principios de la pasada década y mirar al campo, asistir al agricultor, a los que producen comida, bajar los impuestos a los insumos para la agricultura, gasoil, abonos, tenemos tierras y climas para producir alimentos y restringir las importaciones que tantos beneficios ofrecen a unos pocos.

Recuerdo una frase que escuché hace años en Naciones Unidas: “los países con economías de servicios se convierten en sirvientes” y eso es lo que buscan las grandes potencias, tenernos como tales consumiendo lo que ellas producen.

Por eso fracasó la cumbre de la FAO.

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