Fragilidad de las finanzas

Fragilidad de las finanzas

En el artículo de la semana pasada presentamos evidencias en el sentido de que los préstamos fueron fundamentales en la acumulación de reservas internacionales y para la estabilidad de los precios macroeconómicos, incluyendo la tasa de cambio, periodo 2005-2011. 

Que los desembolsos de préstamos netos del FMI al BC y al gobierno explican alrededor de la mitad del aumento de reservas o la cuarta parte si el incremento de deuda externa neta se toma como base de comparación.

En esta ocasión nos enfocamos en el crecimiento acumulado del PIB de 49.6% y la contrapartida del déficit en cuenta corriente de 0.42% del PIB, también acumulado. Cada punto de crecimiento se hizo acompañar de un déficit de 0.85 puntos, siendo la relación uno a uno en el periodo 2006-2011. Las estadísticas indican que si las exportaciones no crecen más que las importaciones, será necesario conformarse con un menor crecimiento del PIB para tener un déficit en cuenta corriente que sea sostenible.    

Lo que originó la brecha externa y su incremento fue el efecto combinado de un exceso de inversión con caída en el ahorro interno por aumento en el consumo. En lugar de complementarlo, el ahorro externo (influjos financieros) sustituyó el ahorro interno, acumulado ascendió a US$22,433 millones, superando en US$2,818 millones el déficit en cuenta corriente. Por este monto aumentaron las reservas internacionales en el periodo. Las estadísticas comentadas podrían leerse como fortalezas para la economía, si no dependiéramos de las remesas y de los ingresos por servicios. Pero lamentablemente el aumento de la inversión no creó una estructura productiva para generar bienes exportables. 

Lo que no pueden perder de vista los responsables de la política pública es que la economía aumentó su dependencia de las finanzas internacionales, por lo que es fundamental un buen manejo del presupuesto, evitando acumular nuevos déficits por la incertidumbre que genera y porque reduce el ahorro interno. Realidad ignorada por el gobierno cuando decidió dañar severamente la finanza pública para retener el poder, irresponsabilidad que ha traído como consecuencia un aumento de la incertidumbre bajo las que normalmente actúan las autoridades monetarias.

Por eso consideramos como precipitada la reducción de tasas de interés de la semana pasada, porque las autoridades monetarias se basaron en un conocimiento imperfecto y cambiante de la economía, política monetaria que pudiera revertir las entradas de capitales, afectando el crecimiento y la estabilidad cambiaria. Extrañamente confían demasiado en predicciones de modelos con parámetros que todavía no han pasado la prueba académica y del tiempo, que solo ellos los conocen, uno de sus errores fundamentales, porque aplican la meta inflación que demanda total transparencia en sus operaciones.

Debieron reaccionar y no guardar un silencio cómplice cuando el gobierno decidió sobre gastar y generar un déficit de RD$60 mil millones en los meses enero-mayo. Era la oportunidad para demostrar independencia, distanciarse del juego partidista que desguañangó las finanzas públicas. El no proceder de esa manera ahora tiene sus costos, la política monetaria perdió credibilidad, por ejemplo, para en el menor tiempo posible completar el mecanismo de transmisión de la reducción de 0.75 puntos de la tasa overnight (de política) y 100 puntos la Lombarda.

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