Francia y Corea del Sur fueron dos de los equipos que le inyectaron una fuerte dosis de sorpresa al último mundial El primero por su temprana eliminación, y el segundo por su avance histórico a semifinales. Los franceses llegan a una nueva cita con la encomienda de borrar ese papelón en Corea-Japón, mientras que los coreanos a demostrar que su arribo a semejante instancia no fue obra de la casualidad.

Pese a que se presentan con muchas dudas, los franceses pintan como los favoritos para dominar la primera fase del Grupo G y adueñarse de uno de los dos pasajes a la siguiente ronda. El segundo boleto se asoma como una batalla campal entre Corea, Suiza y porqué no el benjamín africano Togo.

Francia fue una de las mayores decepciones hace cuatro años: Llegó nada menos que a defender el título que había alcanzado en casa en 1998 a costa de Brasil, pero se fue por la puerta de atrás, eliminada en la primera ronda.

«Tenemos la responsabilidad de hacer las cosas bien, y espero que lleguemos lejos esta vez», manifestó Zinedine Zidane, quien volverá a llevar las manijas de «Les Blues».

Zidane había anunciado su retiro de la selección, pero atendió el llamado de regreso al equipo nacional, y lo ayudó a clasificarse.

Francia debuta el 13 de junio ante Suiza en Stuttgart, mientras que Corea se enfrenta a Togo ese mismo día en Francfort.

«El primer partido siempre es importante para la confianza del equipo y para ir asegurando la clasificación», dijo Lilian Thuram, otro de los baluartes en la conquista del título en 1998.

Los suizos no deben verse como corderitos. Si bien tuvieron ausentes 12 años de los mundiales, la selección alpina viene de hacer una asombrosa campaña en las eliminatorias europeas y presenta a un plantel que sueña en grande y que combina veteranía y juventud.