Francia, de derechas pero laica

Francia, de derechas pero laica

MANUEL GUEDÁN
En Francia ha ganado “una derecha sin complejos”, que llevará a cabo un programa conservador, pero lo que permanecerá inamovible es la secularización de la escuela y la independencia del Estado respecto a la Iglesia Católica. Y es que los franceses, de derechas, de izquierdas o de centro, tienen clara, desde su Revolución, la defensa del Estado laico.

Ha sido una campaña dura, en la que Nicolás Sarkozy y Ségoléne Royal se han empleado a fondo en la defensa de sus ideas, pero no ha habido ningún obispo que pida el voto para la extrema derecha, como acaba de hacer el arzobispo de Pamplona Fernando Sebastián, ni se le ha ocurrido a la Conferencia Episcopal francesa criticar a uno u otro partido porque, en sus programas, no defienden a la familia cristiana o a la educación religiosa en la escuela.

Tampoco lo hubieran consentido la mayoría de los franceses, ni siquiera el partido ganador de derechas. En Francia los conservadores son otra cosa. O si no, miren esta frase de Sarkozy: “Yo reconoceré la sinceridad del amor homosexual, creando una unión civil que otorgue los mismos derechos a las parejas del mismo sexo que a las parejas casadas… la laicidad, la libertad de conciencia son principios sobre los cuales no transigiré jamás”. Y, desde luego, en su programa no había ni una sola referencia a la Iglesia. Si en España, un líder del PP se hubiera atrevido a expresarse así, le hubieran retirado hasta la comunión.

Con la derecha en el poder o sin ella, en las escuelas francesas no hay clase de religión. Y sólo es obligatorio, como parte de la asignatura de Historia, el estudio del cristianismo, del Islam y del judaísmo. En España, sin embargo, la Iglesia, con el apoyo del Partido Popular, ha defendido siempre la enseñanza religiosa y considera que su supresión es un ataque a la libertad. La situación de beligerancia y movilización contra el laicismo ha llegado a tal punto que la Conferencia Episcopal ha llamado a la objeción de conciencia, es decir, al desacato, de una Ley que regula la implantación en los colegios de una asignatura, no confesional, de educación en valores.

Los obispos se manifiestan en las calles, al lado de los dirigentes conservadores y, en estos momentos, han emprendido una campaña de beatificaciones masiva de “mártires” de la Guerra Civil española, tal vez para contrarrestar la Ley de Memoria Histórica, que pretende reivindicar los derechos de los asesinados republicanos. En España, en los últimos años, la jerarquía eclesiástica se ha radicalizado e interviene en los debates políticos siempre que considera amenazados, que es muy a menudo y casi siempre sin razón, “los valores de la familia cristiana”.

Durante la dictadura de Franco, la Iglesia y amplios sectores de la derecha impusieron sus ideas, sin hacer concesiones. Pero el dictador murió hace muchos años y les sería muy útil viajar a Francia para ver cómo gobierna una “derecha sin complejos”, pero laica.

m.guedan@uah.es

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