Renault SA se transformó en la última víctima de las repercusiones del escándalo diesel de Volkswagen AG después de que fiscales de París abrieran una investigación preliminar por las emisiones de vehículos de la compañía francesa, borrando hasta 1.500 millones de euros (US$1.600 millones) de su valor de mercado.

Jueces investigadores franceses supervisarán el caso abierto el jueves, el mismo día en que las autoridades estadounidenses anunciaron una investigación sobre las acusaciones que indican que Fiat Chrysler Automobiles NV utilizó un software informático para falsear las pruebas de emisiones de sus modelos dirsel. Renault –que no vende vehículos en Estados Unidos– enfrenta denuncias que señalan que sus autos representan un peligro de contaminación, dijo una vocera de la fiscalía en una entrevista telefónica.

El sector automovilístico ha estado sometido a un mayor control desde que los reguladores estadounidenses descubrieron en septiembre del 2015 que Volkswagen había instalado un software para detectar cuándo se sometían a prueba las emisiones diesel y que desactivaba los sistemas anticontaminación durante la conducción habitual. El jueves pasado, Fiat Chrysler fue acusada de violar las leyes contra la polución con 104.000 vehículos diesel, situación que provocó el desplome de las acciones.

“Coincidimos con lo que le pasó a Volkswagen en septiembre del 2015, a Renault en enero del 2016 y a Fiat ayer: estos son asuntos alarmantes porque potencialmente significan costos adicionales en sanciones”, dijo Georges Dieng, analista de Natixis, en una entrevista telefónica.

Las acciones del tercer fabricante más grande de automóviles de Europa cayeron hasta un 6 por ciento en la bolsa de París. Renault no respondió inmediatamente las solicitudes de comentarios sobre la investigación, que llega después de que un comité nombrado por el gobierno emitiera un informe en julio que examinaba las emisiones de automóviles en condiciones reales.

“Lo que es importante desde el punto de vista de Renault es que las cosas pueden avanzar rápidamente, independiente a cuál sea la decisión final”, dijo Dieng. “Este asunto pesó enormemente en el desempeño de Renault en el 2016, aunque sus rendimientos económicos fueron muy buenos”.

Las acciones de Renault colapsaron en enero del año pasado después de que un informe de investigadores del gobierno inspeccionara a la empresa con sede en Boulogne-Billancourt, Francia.
Las instalaciones de PSA Group también fueron allanadas por investigadores gubernamentales de fraude en abril.

En noviembre, reguladores de control de fraudes del ministerio de Economía francés dijeron que su estudio arrojó suficiente material para solicitar una investigación adicional sobre los óxidos de nitrógeno emitidos por los vehículos de la compañía y recomendaron que los fiscales abrieran un caso.