Francia mantiene silencio en espera
de periodistas

Francia mantiene silencio en espera <BR>de periodistas

PARIS (AFP).- Todo indica que la liberación de los dos periodistas franceses secuestrados hace 14 días en Irak por un grupo radical islámico es inminente, pero las autoridades de París prefirieron mantener la prudencia este viernes y no celebrar el feliz desenlace hasta que los rehenes se encuentren en un lugar seguro.

   «Tenemos informaciones positivas pero hay que atravesar todavía varias etapas. Prudencia pero confianza», resumió el primer ministro francés Jean Pierre Raffarin este viernes.

   En las últimas horas, el gobierno, la prensa y los responsables de la comunidad musulmana de Francia dieron a entender que la situación de los dos periodistas secuestrados había cambiado y que ya no se encontraban en manos de sus captores sino de un grupo de mediadores encargado de entregarlos a las autoridades francesas.

   Los detalles al respecto son pocos. Fuentes diplomáticas y responsables de los medios de comunicación para los que trabajan los periodistas admiten que la situación en el terreno es complicada.

   No todo el mundo en Irak está de acuerdo con esta liberación de los rehenes franceses y el trayecto de 50 ó 60 km desde algún punto del oeste de Bagdad, por ejemplo la ciudad sunita de Faluya, hasta el aeropuerto internacional, situado a las afueras de la capital, puede convertirse en una peligrosa carrera de obstáculos si se dan más informaciones en este momento.

   «En este tipo de situaciones, hay muchos contactos, cosas que pasan y que tuercen los planes previstos. Es una situación muy peligrosa», indicó Alain Menargues, director de información de Radio Francia Internacional (RFI) para la que trabaja uno de los periodistas.

   Por su parte, el rector de la mezquita de París y presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), Dalil Boubakeur, expresó su «inmensa esperanza» en la oración del viernes, día santo según el Islam, de ver en las próximas horas a los dos reporteros «sanos y salvos».

   Christian Chesnot, de 37 años, colaborador de Radio France y Radio Francia Internacional (RFI), y Georges Malbrunot, de 41, enviado especial de los diarios Le Figaro y de Ouest-France, desaparecieron hace 14 días cuando se dirigían a la ciudad de Nayaf (centro).

   «Mientras no tengamos el anuncio oficial de su liberación, sigamos rezando y esperando», añadió Boubakeur.

   Una delegación de tres miembros del CFCM, que representa a los más de cinco millones de musulmanes de Francia, viajó el jueves a Bagdad para hacer de mediadores en esta crisis y aguarda actualmente en Ammán las noticias sobre la liberación de los secuestrados.

   En la capital jordana también se encuentra el ministro francés de Relaciones Exteriores, Michel Barnier, que en los últimos días recorrió varias ciudades de Oriente Medio en busca de mediadores árabes que ayudaran a entrar en contacto con los secuestradores.

   Los raptores, miembros del «Ejército islámico en Irak», presuntamente ligado a la red Al Qaida, exigieron que el gobierno francés derogue una ley que prohíbe los signos religiosos aparentes en las escuelas públicas, entre ellos el velo islámico. No obstante, la norma comenzó a ser aplicada el jueves, cuando miles de alumnos volvieron a las aulas.

   El mismo grupo se atribuyó la semana pasada la ejecución del periodista italiano Enzo Baldoni, después de que el gobierno de Roma se negara a retirar a los 3.000 soldados que mantiene desplegados en el país.

   En el caso de Chesnot y Malbrunot, el gobierno francés se felicitó por los frutos obtenidos gracias a la acción diplomática y al apoyo de los responsables musulmanes, de Francia y del mundo entero.

   Desde el secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa hasta el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, pasando por los grupos radicales palestinos Yihad islámica o Hamas y la televisión Al Yazira, todos condenaron en estos días el chantaje al Estado francés y las intenciones de los secuestradores.

   El único punto negro en este escenario es la tensión diplomática que este secuestro creó entre los gobiernos de Bagdad y París. Este viernes, se confirmó la anulación de la visita del presidente iraquí, Ghazi Al-Yawar, que tenía previsto llegar el domingo a París.

   En los últimos días, las críticas del primer ministro iraquí Iyad Allawi a la política del presidente Jacques Chirac con respecto a Irak provocaron un tremendo malestar en París, que siempre ha apostado por la devolución de la soberanía a aquel país como única vía para recuperar la estabilidad.

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