PARIS (AFP).- El gobierno francés multiplicaba el martes sus contactos en Bagdad y en todo el mundo árabe para lograr la liberación de los dos periodistas secuestrados en Irak mientras los rumores sobre su suerte se multiplicaban una vez expirado el ultimátum dado por los raptores para evitar su ejecución.
Políticos, diplomáticos, periodistas, responsables musulmanes, grupos islámicos y miles de ciudadanos anónimos y de religiones diferentes unieron sus voces el martes para pedir la liberación de Christian Chesnot y Georges Malbrunot.
Los dos reporteros se encuentran en manos de un grupo llamado «Ejército islámico en Irak», que amenaza con ejecutarlos si París no deroga una ley que prohíbe, entre otros, el uso del velo árabe en las escuelas públicas.
El plazo dado al gobierno francés expiró hacia las 19H00 GMT del martes.
Desde un principio, Francia aseguró que no cedería al chantaje y aplicará esta ley, pero activó a una velocidad trepidante sus redes diplomáticas y aprovechó sus relaciones cordiales con el mundo árabe para evitar la ejecución de los periodistas.
El presidente Jacques Chirac desde Rusia, el canciller Michel Barnier en Ammán, miembros de la diplomacia francesa en Bagdad y el gobierno en pleno reunido en París multiplicaron sus esfuerzos para establecer un contacto con los raptores.
Desde Jordania, segunda etapa de su gira de emergencia por Oriente Medio, Barnier recordó el compromiso «de Francia con la justicia, la dignidad y la soberanía.
«En Palestina y por supuesto en Irak, Francia siempre pidió la independencia y soberanía y fue solidaria con este pueblo y su sufrimiento», declaró, en palabras transmitidas por las principales televisiones árabes.
Al mismo tiempo y por segundo día consecutivo, centenares de ciudadanos se congregaron en París y otras ciudades del país para pedir la liberación de los informadores.
La comunidad musulmana en Francia, estimada en cinco millones de personas, condenó de nuevo el chantaje de los secuestradores, que según ellos es una injerencia en los asuntos de un país y se opone a los preceptos del Islam.
La llamada ley del velo, aprobada en marzo en Francia, no permite los signos religiosos ostentosos en las escuelas públicas, entre ellos el velo islámico pero también el solideo (o kippa) judío y las grandes cruces cristianas. Está previsto que entre en vigor el próximo jueves, cuando miles de alumnos vuelvan a las aulas.
Este martes, el presidente del Consejo francés del culto musulmán (CFCM), Dalil Boubakeur, defendió la política francesa frente a Irak.
«Francia es un país que respeta a Irak y a los musulmanes de Irak. Los franceses no se inmiscuyen en los asuntos de Irak y la comunidad musulmana francesa es una parte del país», aseguró.
Fuera de Francia, el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, portavoces del grupo radical Hamas e incluso la autoridad más influyente del sunismo, el jeque Mohamed Sayed Tantaui, condenaron las intenciones de los secuestradores.
Con el paso de las horas, los rumores sobre la suerte de Chesnot y Malbrunot se multiplicaron. No obstante, la información divulgada por la cadena de televisión vía satélite Al Arabiya sobre su liberación «inminente» fue recibida con prudencia por la Cancillería francesa.
«Se trata de rumores, no podemos confirmarlos y seguimos trabajando», indicó a la AFP la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Cecile Pozzo di Borgo.
Chesnot, de 37 años, colaborador de Radio France y Radio Francia Internacional (RFI), y Malbrunot, de 41, enviado especial de los diarios Le Figaro y de Ouest-France, desaparecieron el 20 de agosto, cuando se dirigían a la ciudad de Nayaf (centro). Ambos hablan árabe con fluidez y tienen experiencia en zonas de conflicto.
El «Ejército islámico de Irak», posiblemente vinculado a la red Al Qaida, ya se atribuyó el secuestro y ejecución del periodista italiano Enzo Baldoni, la semana pasada, después de que las autoridades de Roma hicieran caso omiso a su exigencia de retirar sus 3.000 soldados de Irak.
«Todo el mundo tiene la moral por los suelos. Nadie se atreve a avanzar nada, pero quien ha estado en Irak, comprende la dificultad de la situación», afirmó a la AFP un reportero de RFI.
En Bagdad, el secretario general del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Hubert Colin de Verdière, se reunió con personalidades religiosas que podrían intervenir para evitar la ejecución de los dos reporteros.
Sin embargo, el comité de ulemas musulmanes, importante organización religiosa sunita en Irak, admitió que no pudo entrar en contacto con los secuestradores y temió un desenlace fatal.