París. EFE. Francia perdió a una actriz monumental, gran figura del cine y del teatro, Annie Girardot, cuya fulgurante y contrastada carrera, hecha de altos y bajos, le llevó a rodar más de cien filmes con algunos de los más grandes directores y actores de su tiempo.
Marcel Carné en la película Le Pays d’où je viens (1956); Luchino Visconti en Rocco e i suoi fratelli (1960); y Roger Vacin en Le Vice et la vertu (1962) fueron algunos de los primeros cineastas con los que trabajó la actriz, fallecida a los 79 años, enferma de Alzheimer, según informó su nieta, Lola Vogel.
Franco Rosi, Mario Monicelli, Marco Ferreri, Michel Audiard, Rémo Forlani, André Cayatte, Claude Makovski, José Giovanni y Jean-Louis Bertucelli figuran en la larga lista de directores con los que trabajó la protagonista de Mourir d’Aimer (1971).
Muchos repitieron gustosos la experiencia, como Visconti, con quien volvió a encontrarse en 1966, en Le streghe (Les Sorcières); Marcel Carné en Trois chambres à Manthattan (1965); o Michel Audiard, quien la dirigió en Elle boit pas, elle fume pas, elle drague pas mais elle cause (1970) y en Elle cause plus, elle flingue (1972), dos enormes éxitos.
Girardot interpretó todo tipo de papeles.