Francia Polanco

Francia Polanco

No sé si todavía la gente nos confunde por el nombre común. Recuerdo que trabajando en la Dirección de Relaciones Públicas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, recibí la llamada telefónica del representante de una institución para solicitarme la conducción de un acto, y sin pérdida de tiempo me llenó de elogios.
Yo le aclaré que esa llamada era para Francia Polanco, la maestra de ceremonias de la institución, quien acaba de ser recocida por el Círculo de Locutores Dominicanos en el marco de la celebración del día de esta clase profesional.
Ese hecho me alegró porque ella es una de las más calificadas del país en su área, con más de 30 años de servicio en la academia estatal en los que ha demostrado ser una verdadera maestra, lo que se evidencia cada vez que le corresponde conducir desde una masiva graduación hasta la despedida póstuma de una académico ilustre.
Siempre he admirado su quehacer profesional, pero el día que le tributamos el último adiós al pasado rector Mateo Aquino Febrillet llegué a la conclusión de que es única. Y es que al tener tantos años allí es natural que ella se encariñe con los miembros de la familia universitaria y más con las más altas autoridades con las que trabaja más estrechamente; Mateo fue rector, vicerrector y secretario general; pero, además, fue empleado administrativo, dirigente sindical y un ser sumamente cariñoso y amigable, lo que quiere decir que la cercanía fue aún mayor; por eso temí que la emoción y la tristeza la derrumbaran. Pero no, sobreponiéndose, a pesar de su dolor, Francia mantuvo la serenidad y condujo ese acto con toda la solemnidad y el rigor. Y así lo ha hecho en todas ocasiones en que le ha tocado hacer la maestría de ceremonia en la despedida de otros universitarios amigos y queridos, algunos de los cuales he presenciado.
Y, no solamente el Círculo de Locutores, también la UASD debe rendir un gran homenaje a Francia y hacerla Profesora Honoraria.

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