Francia, política y faldas

Francia, política y faldas

El líder socialista Francois Hollande llegó a la presidencia de Francia cuando un inesperado escándalo descartó a Dominique Strauss Kahn  (DSK) quien sería el seguro candidato del Partido Socialista francés y posible ganador de las elecciones. DSK, ex-Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, fue acusado el pasado año por las autoridades del estado de New York, de agresión sexual a una mucama de un conocido hotel francés de esa ciudad.

Aunque DSK negó su culpabilidad e incluso y afirmó que  “fue el entorno de Sarkozy que me preparó esa trampa en New York para desacreditarme y eliminarme del torneo electoral”. La realidad es que no pudo superar la situación, lo que le abrió la oportunidad a Hollande – un dirigente opaco del Partido Socialista –quien derrotó a Nicolas Sarkozy y hoy es presidente de Francia.

Los líos de faldas no son nuevos en la política francesa. Desde la edad media, pasando por la revolución francesa y hasta el día de hoy, en esa nación han sido recurrentes los embrollos de las mujeres con los políticos.

Así pues, en antaño las amantes de los reyes de turno (maitresses royales) se contaban por docenas. Por ejemplo, Luis XIV tuvo 13 amantes y el que le siguió, Luis XV, por eso de no quedarse atrás, pernoctó con 15 -igual que su número de reinado de los Luises- incluso,  Luis XIV llegó a casarse en secreto con una de ellas, a la muerte de la Reina, la famosa Madame de Maintenon (Francoised’Aubigné).

En esos tiempos, los matrimonios, no sólo en Francia sino en todas las monarquías europeas, eran alianzas de conveniencias estratégicas económicas de los Estados, según se desarrollaban las diferentes coyunturas políticas, de modo tal, los matrimonios entre los miembros de la realeza eran acuerdos y asuntos de Estados y no razones de amores.

A veces sucedió que fueron las mujeres las que tenían muchos amantes, como la historia de amor del primer Emperador de Francia, Napoleón Bonaparte, con María Josefina Rosa Tascher de la Pagerie, Vizcondesa de Beauharnais y primera Emperatriz de Francia. Cuando Napoleón salía por la puerta de su Palacio para una nueva batalla de las muchas guerras que libró, por las ventanas de atrás entraban los amantes de Josefina. Se dice que el verdadero amor de Josefina era el joven General Francés Lazare Hoche; es más, los historiadores afirman que Josefina se casó con Napoleón enamorada de Hoche.  

Los socialistas, que no gobernaban Francia desde los tiempos del “compañero” Francois Mitterand – como decía Peña Gómez al presidente Francés – parece que son misteriosos en asuntos de amores, pues sólo a la hora del entierro del “compañero” Mitterand fue que se descubrió que tenía una familia paralela numerosa. En esa ceremonia fúnebre fue que se vieron y conocieron las dos viudas por primera vez.

También en Francia hay casos de esposas-fashion que no son prerrogativa de los socialistas. Se recuerda que Sarkozy tenía y tiene como esposa a Carla Bruni, hermosa modelo francesa. A ella se la criticó que ya estando en Palacio, casada con el Presidente, vendía fotos de ella autografiadas, posando como Dios la trajo al mundo, ¿El precio? US$ 75,000.00 por foto.

El lío de ahora es el siguiente : Sarkozy le ganó en el 2007 las elecciones presidenciales a Ségolène Royal, quien en ese tiempo estaba recién divorciada del Presidente actual Francois Hollande. Resulta que  el matrimonio de Hollande y Royal terminó porque, al actual Presidente, le descubrieron una amante, Valerie Trierweiler, la actual primera dama.

En las elecciones pasadas, Royal era la candidata del partido socialista para presidir el Parlamento y tenía  oportunidad de ganar, lo cual no sucedió. Ella acusó a Valerie, la primera dama, de hacer campaña en su contra y así evitar posibles encontronazos a la hora de ceremonias sociales y oficiales donde el Presidente tuviese que compartir con ambas- la primera dama de un lado y la jefa del Parlamento del otro.

Dicen los opositores políticos ahora, agrupados en la derecha, que lo único que tienen en  común ambas damas, es que las dos, una primero y la otra después, han compartido la cama con el Presidente.

La historia de estas dos damas, disputándose los amores del Presidente actual, viene de lejos. Valerie Trierweiler, la primera dama, era una reportera y escritora de una revista importante y hasta llegó a entrevistar a  Ségolène Royal cuando estaba casada con Hollande. La semana pasada le recordaron a Valerie que en dicha entrevista ella le había preguntado  ¿Oye, el padre de los niños, te ayuda en la casa? Parece ser que Royal cogió la señal  y se enfureció, y como represalia  intervino con el director de la revista, para que la botaran del trabajo que ella tenía en ese entonces.

Así las cosas, recientemente cuando estaban juramentando a Hollande como Presidente de Francia, al instante después de ser juramentado, se bajó de la tarima y le dio un beso a su ex mujer y madre de sus cuatro hijos, que estaban presentes en la ceremonia de juramentación. Pero cuando subió de nuevo a la tarima, la primera dama le reclamó, “Mira, ahora dame un beso a mí, pero en la boca”.

Pero lo más irónico fue cuando a la primera dama le preguntaron sobre la presencia de Ségoléne Royal en la ceremonia de juramentación;  ella dijo “todo bien, ella es la política y yo la mujer del político”.Los líos de faldas no son nuevos en la política francesa.

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