Francia ¡qué hacen en tu nombre!

Francia ¡qué hacen en tu nombre!

Los vi y me sorprendió su presencia, les hablé en el semáforo, jóvenes limpiando vidrios: eran una niña hermosa y su hermanito, de piel carameleada, rizos rubios y grande sonrisa, como aquí los hay. Ellos son de los últimos inmigrantes llegados a Francia, vienen del Este de Europa empujados por la pobreza, de su país,  ex-socialista y que no ha saneado, la economía que ha dejado la familia Ceaucescu.

 Me imagino que llegar a Francia es un sueño, buscan refugio, mejor vida y un futuro como todos los pobres de la tierra: pero esta ola es diferente a todas las otras olas de inmigrantes.

 A ellos, no los quiere nadie, no tienen papeles, son nómadas, siempre están de paso pero en sus paradas por Francia formaron campamentos que lastiman la sensibilidad. Construyen esos horribles “bidonvilles” o chabolas, cerca de las vías del ferrocarril, en terrenos inundables que dan miedo. Ellos son los gitanos, los “roms” que asustan porque no se dan a conocer, se quedan entre ellos, no se mezclan.

 Arrastran con ellos una serie de leyendas y creencias que sobreviven desde la Edad Media: leyendas sobre su origen, sobre su destino final, sobre su irreverencia, creencias sobre una supuesta haraganería, se dice que se la pasan bailando, se dice que roban las gallinas,  que roban niños y niñas que después, nunca más aparecen, se dice tantas cosas sobre los gitanos, que acampan cerca de las grandes ciudades, que ninguna mente clara las puede creer, hoy en día, sin pasar por un tarado.

 Son las víctimas predilectas de la  xenofobia. Lo fueron  en la Alemania nazi, en la España de Franco y ahora en la Francia de Nicolás Sarkozy creando un enorme malestar y una vergüenza difícil de disimular. Víctimas de las políticas neoliberales seguidas por su gobierno, seducidos por el espejismo que constituye la construcción de la Unión Europea, las poblaciones “roms” se mueven como se mueven los dominicanos, los mexicanos, los turcos y las poblaciones del Sahel africano.

 Hoy la Comisión Europea de justicia lanza un doble procedimiento de infracción contra la política seguida por Francia contra los Roms.

¡Quién hubiera pensado eso, en los años 70 cuando Francia abría sus puertas a todos los refugiados del mundo con orgullo y admiración del mundo entero!

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