Francia y el ingreso de República Dominicana
al Convenio de Lomé

Francia y el ingreso de República Dominicana <BR>al Convenio de Lomé

JOAQUÍN RICARDO
El distinguido economista y diplomático, Lic. Hugo Guiliani Cury, publicó recientemente un artículo con el título: “Francis no quiso apoyarnos para entrar a Lomé en 1984”. En el referido artículo, el autor se lamenta de que esa República nos negó su apoyo para otorgárselo a la vecina República de Haití. El 16 de agosto de 1988, quien suscribe fue designado Secretario de Estado de Relaciones Exteriores y al tomar posesión del cargo encontramos, entre otros asuntos de importancia pendientes, la solicitud de ingreso de nuestro país al Convenio de Lomé.

Por todo lo que representaba para la República dedicamos los primeros catorce meses de nuestra gestión, asumiéndolas de manera personal, a las negociaciones que culminaron eficazmente en octubre de 1989 con nuestro ingreso al grupo de países de Africa, Caribe y Pacífico (ACP) y la adhesión el 15 de diciembre de 1989 a ese Acuerdo económico, único en el mundo.

La realidad es que Francia no respaldó ni a la República Dominicana ni a Haití. Cuando le tocó presidir el Consejo de Ministros, el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia de entonces, nunca hizo mención de las aspiraciones de República Dominicana y de Haití, con relación al Convenio de Lomé, contrario a su contraparte español, doctor Francisco Fernández Ordóñez, fallecido hace algunos años, quien cuando le tocó presidir el antes mencionado Consejo, siempre se refería a nuestra solicitud de ingreso al igual que la de Haití.

La realidad es que para Francia, Haití sólo representaba 50 millones de francos en cooperación anual. A la patria de Víctor Hugo y de Balzac no le interesaba entonces, como no le interesa actualmente, la suerte de Haití. Dicho en otras palabras, Haití representa para Francia un gran problema que pretende endosar a las frágiles condiciones de la República Dominicana. Desde hace muchos años, a nuestro humilde juicio, a pesar de sus vínculos culturales e históricos, Francia abandonó a su suerte a la República de Haití.

En las negociaciones de Lomé, fueron los países africanos los que apoyaron resueltamente a Haití, junto a la República Dominicana. Quien estas líneas escribe, debido a la posición hostil de algunos países de la Unión Europea ante Haití, por los problemas endémicos de esta República con los derechos humanos, hubo de explicarle a los representantes de esas naciones que el pueblo haitiano no tenía culpa de lo que hiciesen sus gobiernos, todos “de facto” en ese entonces. Aún así hubo que emplearse a fondo para salvar nuestra solicitud, pues los países del Africa hicieron algo nunca visto: condicionaron su respaldo a la solicitud de República Dominicana a que se admitiera, igualmente, a Haití. A pesar de ser dos Estados soberanos, unieron las solicitudes de ingreso.

El Caribe angloparlante auspiciaba el ingreso de Haití pero no el nuestro por temor a los fondos regionales. Al repartirse estos últimos, de acuerdo a la cantidad de habitantes, era muy poco lo que le sería entregado a los integrantes del CARICOM. Creemos que ese hecho económico forma parte de las razones por las cuales los países angloparlantes nos niegan el ingreso al organismo regional. Para los europeos era inconcebible que la República Dominicana fuese miembro del esquema multilateral, es decir del Convenio de Lomé y no lo fuese del Acuerdo Regional, es decir del CARICOM, y así se lo hicieron saber a las islas angloparlantes.

Los países miembros del CARICOM lograron que Inglaterra enviara a un Subsecretario de Estado de Relaciones Exteriores a informarle al entonces Presidente Joaquín Balaguer que República Dominicana no iba a ingresar a Lomé y le aconsejó, en cambio, que el país presentara un aumento en el presupuesto de ayuda que recibían entonces de la Unión Europea. Fuimos testigo de esta conversación. Treinta días después se aprobaba el ingreso de la República Dominicana al grupo de países ACP y partía el autor de estas líneas en visita oficial hacia Gran Bretaña como invitado, deferencia que interpretamos como un claro mensaje de que no había nada en contra del ingreso del país al Acuerdo multilateral que no fuera la presión ejercida por los países miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM).

El ingreso de la República Dominicana al Convenio de Lomé, el 15 de diciembre de 1989, se debe al apoyo otorgado por España, a la perseverancia del presidente Balaguer y a las habilidades del equipo negociador, muy especialmente a los técnicos de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores, a Renso Herrera Franco, a la nunca bien ponderada Maritza Amalia Guerrero, al doctor Fabio Herrera Roa y al ingeniero Samuel Conde Arenas. Lamentablemente, el sector privado del país no vislumbró las dimensiones de ese Acuerdo y su apoyo fue tímido, por no decir inexistente.

Francia, distinguido licenciado Guiliani, no hizo nada por Haití ni tampoco por la República Dominicana en lo que respecta al ingreso de ambos países al Convenio de Lomé.

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