Francisco Alvarez Castellanos – Doce razones

Francisco Alvarez Castellanos  – Doce razones

Contra viento y marea, el presidente Hipólito Mejía insiste en ser reelecto en el «carguito». Doce razones que involucran la paz del país y la vida de miles de personas inocentes, puede que hagan el milagro de que el señor presidente cambie de idea.

Doce razones que pasarán a la historia y que, por lo menos, estarán al alcance de todo el mundo en el Archivo General de la Nación.

¿Cuáles son esas razones?

l.- Costo de la comida. Con el hambre de la gente no se juega. El hambre es capaz de convertir en un león enfurecido a un hombre cuando tiene hambre, ni con qué aplacarla. Y más si tiene mujer e hijos con el mismo «problema»: ¡ el hambre ! Y el costo de la comida en este país ya ha alcanzado niveles catastróficos. Y el presidente viajando.

2.- Costo de las medicinas. Una pastilla para combatir la osteoporósis que costaba hace un año 200 pesos, hoy cuesta RD$548.00.Y tengo que tomar una por semana. O sea, que solamente por ese concepto debo invertir en un año RD$28,496.00. Pero los costos de la medicina se han elevado hasta el extremo que mucha gente morirá por no poder comprar la que necesita. Y el presidente viajando.

3.- Costo de la electricidad. El recibo del mes pasado de la casa de un familiar mío le llegó por más de RD$14,000.00. De inmediato hice una especie de encuesta en mi barrio y en el Atala, y hablando con amigos me señalaron que ya no pueden con el costo de la electricidad y que, además, no consumen lo que dicen las facturas. Estamos al borde de poner a un lado los refrigeradores y las licuadoras y volver a comprar hielo en cuadritos y al uso del molenillo. Y a tres años y ocho meses de haber tomado el mando, el señor presidente sigue echándole la culpa al «gobierno anterior». Pero sigue viajando.

4.- Costo de los carburantes. Con la gasolina a RD$92.40 el galón y el gas-oil en RD$66.05, podríamos estar a las puertas de retornar a la «era de los peatones» que hace decenios habíamos dejado atrás. Y lo peor no será eso. Lo peor será que los camiones y las patanas que traen los productos de la agro-pecuaria a esta capital, aumentarán sustancialmente el precio de los mismos que difícilmente llegue a las bocas de los pobres. Si ahora una libra de habichuelas cuesta RD$26.00 y una de arroz cuesta RD$20.00, sin contar con lo que cuestan las carnes, los vegetales y todo lo que se come en una palabra, los dominicanos hemos retrocedido no menos de 40 años. Y el presidente sigue viajando.

5.-Estado de los hospitales públicos. La prensa se ha hecho eco del asunto, que no puede ser más tétrico. Los pobres no tienen dónde ser atendidos como se merecen y lo necesitan, porque las subvenciones mensuales a los hospitales llegan cuando nadie las espera. Eso sí, siempre tarde. Y se trata de la vida de millones de dominicanos que no tienen otro lugar a donde ir, sino a los hospitales públicos. Y el presidente sigue viajando.

6.- Elevación de la prima del dólar. Hace tres años y ocho meses la prima estaba a 17 por uno. O sea 17 pesos dominicanos por un dólar. Hoy (17 de enero) estaba (según la prensa) a 50 por uno, pero no se encontraba por ninguna parte, Yo tuve la necesidad imperiosa de comprar 500 dólares y un buen amigo cambista me los vendió, casi con lágrimas en los ojos…¡ a 53 por uno ! Y el presidente sigue viajando.

7.- Endeudamiento extremo del país. Nunca, ningún gobierno, había endeudado tanto este país como el actual. A Trujillo habrá que restaurarle sus estatuas por haber pagado la deuda externa en el decenio de los años 40. Y al presidente habrá que hacerle un monumento, pero al revés. Estamos al borde mismo del «no pago», o sea, seremos una Argentina minúscula, pero con más problemas. Y el presidente viajando.

8.- Corrupción administrativa. De esto, ¡ ni hablar ! Los nuevos millonarios suman centenas, y ninguno puede decir cómo hizo su dinero, cómo convirtieron sus pequeñas granjas en enormes emporios y sus carritos humildes en ostentosas yipetas. Y el presidente viajando.

9.- Crisis de gobernabilidad.- La culpa es de todo aquel que votó blanco en el 2,000, conmigo a la cabeza. Yo creía sinceramente que con la misma inteligencia que Hipólito Mejía administraba una finca del extinto presidente Antonio Guzmán en el 1978, con esa misma inteligencia administraría el país. Y me defraudó. Y el presidente sigue viajando.

10.- Aumento indiscriminado del gasto público. No importa que el Fondo Monetario Internacional le haya señalado que para llegar a un acuerdo tenía, entre otras cosas, que bajar el gasto público, el señor presidente ha hecho lo contrario. Miles de personas están en la nómina pública en plan de «botellas» y con títulos rimbombantes como «ayudantes presidenciales», secretarios de Estado sin Cartera (¿?), etc. Y el presidente sigue viajando.

11.- Promesas electorales incumplidas. Esto sí que duele. «La lucha contra la pobreza». Nadie come madera. ni cinc ni materiales de construcción. El pobre puede morirse de hambre, por falta de atención médica adecuada, por no poder comprar la medicina recetada y así por el estilo. Si esa era la lucha contra la pobreza que pensaba Mejía, pues parece que está teniendo éxito. Mientras tanto, sigue viajando.

12.- Próxima desaparición del peso dominicano. No hay «vuelta de hoja». La dolarización es un hecho y hasta para ver la serie del Caribe habrá que comprar las entradas en dólares o en los pesos dominicanos que valgan esos dólares. Luego habrá que cambiar los pesos en dólares, para pagarles a los equipos extranjeros que vengan a la serie. Y el presidente sigue viajando.

Estas son las doce razones que el señor presidente tiene que tener en cuenta «a la hora buena». Si seguir haciéndole caso a los que lo han metido en este berenjenal, o desistir de sus ambiciones reeleccionistas en bien de todos los dominicanos.

Y esto, si no quiere ver convertido el país en un inmenso campo regado, otra vez, con la sangre de sus mejores hijos.

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