El Papa Julio II fue el creador de los tres primeros obispados de las tierras recién descubiertas por Cristóbal Colón. Fueron ellos el de La Concepción de La Vega Real, el de San Juan Bautista de Puerto Rico y el de Santo Domingo de Guzmán.

La creación se hizo mediante la bula Romanus Pontifex, del ocho de agosto del 1511, unos 19 años después del descubrimiento de América.

En esos tiempos, la principal y más vieja de las tres ciudades era La Concepción de La Vega Real, fundada en el 1494 por el Gran Almirante de la Mar Océana, dos años antes que lo fuera la de Santo Domingo de Guzmán.

A La Concepción de La Vega Real habría correspondido el título de Ciudad Primada, de no haber sido destruída por un violento terremoto el dos de diciembre de 1562, sismo que también destruyó la ciudad de Santiago de los Caballeros.

Sin embargo, a pesar de existir de hecho tres obispados en toda América, sólo un obispo tomó posesión de su sede en el año de 1515 (ocho de agosto). Este fue don Pedro Dexa Xuárez (o Xuárez Dexa, hay opiniones al respecto). Ese obispado fue el de La Concepción de La Vega Real.

La ciudad poseía, pues, una catedral de piedra y ladrillos, cuyas ruinas aún se pueden ver dentro de un platanal, a poca distancia de las ruinas de la ciudad. Esta, además, exhibía una sólida fortaleza, numerosos edificios de piedra, viviendas en su mayoría; una casa donde se acuñaba moneda y el primer ingenio productor de azúcar que tuvo el Nuevo Mundo, además de poseer la primera fundición de oro de América.

Por todo eso, la ciudad fue ennoblecida por el rey de España, quien le concedió su escudo en el 1508.

Hoy, la escuela de la sección Carrera de Palmas, ubicada al pie mismo del Santo Cerro, lleva el nombre de Xuárez Dexa. (Pero casi nadie sabe quien fue Xuárez Deza!