POR JOSELIN RODRÍGUEZ
El tenor dominicano Francisco Casanova quiso demostrar que es “dominicano de pura cepa” y qué mejor manera de hacerlo que interpretando bachata, un ritmo que hasta hace unos años sólo era escuchado por una parte de la población.

Con  “Bachalírica” el criollo le imprimió un toque y un color distinto, pues tuvo que acoplar su voz de tenor al tono en que comúnmente se interpreta este género musical, que ha roto las brechas e incluso se ha presentado en exigentes escenarios como Altos de Chavón.

Casanova se alzó con la gloria al pasar la prueba de arriesgarse a ser el protagonista principal de un concierto muy distinto a su especialidad. El público se mostró complacido de ver al tenor, que en su momento había afirmado que no se estaba rebajando por incursionar en el canto popular, interpretando las bachatas seleccionadas en su propio estilo.

Aunque estaba programado para las 8:30 de la noche, “Bachalírica” no inició hasta una hora y media después cuando la audiencia, agotada de tanta espera, empezó a aplaudir a modo de protesta. El salón La Fiesta, del hotel Jaragua, que no estuvo lleno por completo, fue el escenario en que Casanova hizo su presentación.

Con su clásico estilo de bohemio, entró al escenario acompañado de Carlos Alfredo Fatule, con quien conversó unos minutos sobre la bachata. Inició el concierto con el clásico “Llanto a la luna”, de José Manuel Calderón. A este le siguió “Pena”, de Luisito Segura. En esta empezaron a entrar los bailarines, que vestidos de manera bien ajustada y sensual, presentaron unas coreografías a tono con la evolución que ha tenido la bachata. Continuó con “El dolor”, de Luis Vargas.

El artista, oriundo de El Seybo, se adueñó del escenario, que representaba un salón de baile lleno de gente, cuando cantó junto a Sonia Silvestre “Andresito Reina”. Este dúo, el primero de la noche, fue muy aplaudido. 

Luego de definir al ritmo no de amargue, sino de desamargue, Casanova entonó “El triste”, de Zacarías Ferreira. Juntó a Jimmy Bauer cantó “Maestra”, de Elvis Martínez, y con Luis, del Grupo Elegido, “Llora alma mía”, de Yoskar Sarante. Luis se robó el show con su presencia, en la que destacó su atrevido baile.

“Mesita de noche”, de Víctor Víctor, fue otro de los temas más ovacionados.

“Qué bella es la bachata, es una música muy linda”, en varias ocasiones se le oyó decir a Casanova, a quien Carlos Alfredo le preguntó que si era una vellonera.

Junto a Bauer y Luis interpretó “Esos hombres”, cuyas letras dicen que las mujeres prefieren a los hombres que dan malos tratos y hacen maldad.

Otro tema muy aplaudido fue “Ajena”, de Frank Reyes. Pero fue con “Señora bachata”, de Ramón Torres, que Casanova se metió en un bolsillo a la audiencia. El tenor le impregnó un estilo más lírico, lo que llevó a que el público se pusiera de pie y le ovacionara. No pudo ocultar su felicidad.

“Dos locos”, que cantó junto a Alexandra, fue otro muy bien recibido. El dueto que ambos conformaron tuvo una participación excelente. Casanova se adentró tanto a su papel que a veces actuaba como si estuviera muy dolido y apenado.

El gran final fue a las 11:15 de la noche con el clásico “Amorcito de mi alma” y la audiencia se puso de pie y mientras le aplaudía pedía más. Francisco los complació con la repetición de “Señora bachata”.

Cositas y cosotas
Los organizadores de conciertos deben respetar el horario a que convocan las presentaciones. “Bachalírica” inició a las 10:00 de la noche, a pesar de estar programada para las 8:30.

 Casanova dejó que sus invitados también brillaran, pues en algunas canciones sólo se limitó a hacerles el coro.

 Sonia Silvestre mostró que sus condiciones vocales todavía siguen ahí.

 Algunas personas se quejaron de que Casanova no llevara el concierto a un estilo más lírico.

 Fue notoria la ausencia de los bachateros, que a través de este concierto serían homenajeados.

 Edgar López sería uno de los artistas invitados, pero no estuvo presente.