FRANCISCO CASANOVA

FRANCISCO CASANOVA

Francisco Chahin Casanova, el gran tenor dominicano, nació en El Seibo, el 3 de octubre de 1957. Desde niño sintió pasión por el “bel canto”, al que dedicaría su vida.
En Santo Domingo inició sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música, con el maestro Marino Miniño Marión-Landais, siendo su primer maestro de canto el tenor Rafael Sánchez Cestero.
Unos años después Casanova viajó al extranjero para continuar sus estudios y en búsqueda de nuevos horizontes. Poseía un fuerte temperamento y una voluntad férrea, que como él decía era “indispensable para lograr los objetivos”, y ciertamente esa condición es necesaria, pero el éxito de un artista dependerá además, de sus condiciones, y su talento, lo que él poseía y que pronto demostraría.
En 1990 Francisco Casanova, siendo discípulo del tenor italiano Pier Miranda Ferraro, ganó el Primer Gran Premio para Voces Masculinas, en la XXVIII Competencia Internacional “Francisco Viñas”, y Premio Especial “La Traviata” en Barcelona, y ese mismo año el Segundo Premio para voces masculinas en la III Competencia Internacional de Canto en Bilbao.
En el año 1995 presentó credenciales en su país con un memorable concierto en Teatro Nacional, acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Rafael Villanueva.

Sobre este concierto escribimos un artículo titulado “Remonta el vuelo la Lírica Nacional, con la exquisita voz de Francisco Casanova”, en el que decíamos: “domina el fraseo y la correcta impostación, decantada en los pianissimos.

La personalidad del tenor conquista; su potencial histriónico se deja sentir en cada interpretación, su depurada técnica le permite la colocación precisa de las notas tras el discurso musical”-Espacios de Teatro y Danza- pag.480. Listín Diario, 3 de junio 1995.
Dos importantes premios más alcanzaría en 1999 y 2000; Medalla “Richard Tauber” a la Excelencia Vocal, otorgada por el American Landmark, y Clarisse B. Kampel Foundation Awards respectivamente.
Uno de los grandes momentos de Francisco Casanova es su debut en la temporada -2001- del “Ente Lírico del Teatro alla Scala de Milán”, en la ópera de Verdi “I due Foscari”, bajo la batuta del formidable Riccardo Mutti, y junto al barítono Leo Nucci y la soprano Dimitra Theodossiu.

Sobre estas presentaciones los críticos dirían: “Todavía superior desde el punto de vista vocal nos pareció el tenor Francisco Casanova en la parte de Jacopo: su voz joven y fresca, corre e ilumina todo el teatro…”por: Paolo Gallarati, La Stampa.
“Entre lirismo y heroísmo debemos mencionar al tenor Francisco Casanova: un verdadero descubrimiento, poseedor del verdadero timbre verdiano, fonación y pasajes perfectos, respiraciones largas y fraseo de consecuencia”. Por: Paolo Isotta, Il Corriere Della Sera.
Del London Financial Times –Arts- George Loomis: señala: “Como Jacopo, Francisco Casanova blandió su voz de tenor de primera clase, voz brillante y a la vez poseedora de un timbre profundo”.
Y aun más el propio director Riccardo Mutti diría: “Usted ha de sentirse muy contento, ya que ha recibido críticas bellísimas tanto de los periódicos así como del público, y tal cosa es difícil de obtener en este teatro, sobre todo con Verdi”.
Otro gran éxito de Francisco Casanova fue su presentación ese mismo año 2001 en el Teatro Colón de Buenos Aires. En agosto interpretó a “Foresto” de la opera “Attila” de Verdi, junto al bajo Samuel Ramey y la soprano Andrea Gruber y luego el “Requiem” de Verdi, nuevamente acompañado de la soprano estadounidense Andrea Gruber, la mezzosoprano griega Markella Hatziano, y el bajo checoslovaco Sergei Koptchak, dirigidos por Mario Perusso.

Sobre estas actuaciones, la crítica Raquel Barbieri señalaba: “Casanova mostró su versatilidad en su rol de Foresto, y en el “Requiem” dio una lección de técnica vocal y expresividad”.
Siendo directora del Teatro Nacional, declaré el 2002 “Año de la Lírica”, y es que pocas veces un teatro ha tenido la oportunidad de presentar en un mismo año, en fechas diferentes, a los más grandes tenores del siglo XX.

En el mes de febrero se presentó Luciano Pavarotti, acompañado por el pianista Leone Magiera; el 15 de abril, Plácido Domingo, junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Eugene Kohn, y en agosto José Carrera, acompañado de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta del maestro José Antonio Molina.
Luego de las presentaciones de estos tres íconos del “bel canto”, decidimos presentar un cuarto tenor, y llamamos al concierto “Ahora… el Nuestro”: Francisco Casanova.

De nuevo tuvimos la oportunidad de disfrutar del arte de este tenor dominicano, en un concierto inolvidable en ocasión de celebrar el XXIX Aniversario del Teatro, en el que estuvo acompañado por la Sinfónica Nacional, dirigida por Alvaro Manzano.

Para dar más sentido a este “Año de la Lírica” presentamos la Opera “El Barbero de Sevilla”, y como colofón haciendo honor a nuestros líricos, inauguramos ese 2002 la “Galeria de la Lírica Dominicana”, con la presencia de Francisco Casanova, y en la que rendimos homenaje a su trayectoria, como un legado imperecedero.

Su repertorio incluía Il Trovadore, La Traviata, Nabucco, Requiem, Atila, La battaglia di Legnano, Les vépres siciliennes, Giovanna d´Arco, Luisa Miller, Simon Boccanegra, Un ballo in maschera. I Lombardi, Don Carlo, La Boheme, Tosca, Cavalleria Rusticana, Mefistofele, La juive y Werther.
Compartió escenario con figuras como Paul Plishka, Samuel Ramey, Aprile Milo, Edita Gruberova y María Zampieri, y fue dirigido por James Levine, Plácido Domingo, Julius Rudel, Eve Queler, Alvaro Manzano y Mario Perusso.
Radicado en Estados Unidos, Casanova dedicó sus últimos años a la enseñanza, y fundó su propia escuela, la que llamó en homenaje a su maestro: Pier Miranda Ferraro.
Francisco Casanova se ha ido, pero su voz quedará por siempre… y mientras se expande en nuevas transparencias, no podemos evitar que “Una furtiva Lágrima” asome a nuestros ojos. ¡Descansa en Paz!

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