Aunque mi cuñada Dania me llamó para invitarme el 28 a “un acto”, sin especificarme, que organizaba Francisco Javier García Fernández en el hotel Santo Domingo, de cualquier manera estoy  impedido de salir donde resido por un quebranto de salud que me tiene semi postrado.

Al siguiente día 29 de agosto, leí en los periódicos que se trata de Francisco Javier lanzar su pre candidatura a la Presidencia de la República en los comicios de 2016, y sobre ese evento electoral es propicio externar algunas reflexiones.

Méritos sobrados tiene en su mochila Francisco Javier por sus notables desempeños en las responsabilidades que le endosó desde siempre el presidente Leonel Fernández.

Francisco Javier ha dirigido y ganado todas las campañas del PLD hacia el poder con la excepción de 1996, en que Danilo Medina perdió frente a Hipólito Mejía, en una experiencia amarga de la que el ciudadano común reaccionó, para no incurrir nueva vez.

Las aspiraciones manifiestas de altos dirigentes del PLD empotrados como Maestros Masones en la logia hermética del Comité Político demuestran una democracia realmente controlada en las altas instancias moradas, soy creyente firme de que Leonel Fernández lanzará su candidatura, se impondrá a sus reales o ficticios rivales intra PLD, y será presidente por cuarta vez.

Suponiendo qué mesa se erija en la imposibilidad de un verbo, entonces Francisco Javier debe variar su relación social y retrotraerla a la humildad de cuando comenzó, reducir el tono de su selectiva y dosificada indiferencia, clausurar la práctica de ofrecer el número de su celular y no responder, y bañarse de conexión con viejos y nuevos afectos, como los hindúes hacen en el Ganges al inicio de rendir tributo a Buda.