PITTSBURGH. Francisco Liriano comenzó la temporada del 2013 con su brazo derecho enyesado y su carrera en juego.
Un raro accidente mientras jugaba con sus hijos el Día de Navidad dejó a Liriano y su acuerdo verbal con los Piratas de Pittsburgh en duda.
De repente, el nuevo comienzo que Liriano desesperadamente necesitaba estaba en peligro.
“Pensé que no iba a jugar este año”, dijo Liriano.
Pittsburgh se quedó con Liriano, firmándolo por menos dinero.
A los Piratas les aseguraron que su brazo derecho sanaría y que su izquierdo -el reparado con una Tommy John en el 2007- encajaría perfectamente en el PNC Park.
“Si A.J. Burnett iba a nuestro principal abridor, él podría ser el segundo”, dijo el dirigente Clint Hurdle.
“No creo que nadie imaginaba que podía salir tan bien como salió”.
Mucho mejor de lo que su siempre optimista dirigente podía pensar.
Diez meses después de preguntarse si alguna vez podría lanzar de nuevo, Liriano puede darle a los Piratas la ventaja en la Serie Divisional cuando se enfrente a San Luis y al derecho Joe Kelly en el tercer juego de la serie.
Luego de una temporada en la que tuvo marca de 16-8 y se convirtió en el estelar del equipo, Liriano se convirtió en parte de la historia de gloria de la franquciia al derrotar 6-2 a Cincinnati en el juego del wild card de la Liga Nacional el martes.
Superando a los Rojos frente a una multitud que ansiaba {exito de postemporada luego de una ausencia de 21 años, Liriano trabajó siete entradas sublimes, dejando el estadio, en un frenesí tal que los fanáticos no sabían si corear su primer nombre o su apellido y comenzaron a hacerlo de las dos formas simultáneamente.
“Solo trato de complacer a los fanáticos lo mejor posible”, dijo Liriano, “ser yo mismo y hacer buenos lanzamientos y darles la victoria que quieren”.
Y Liriano quizás quería aun mucho más. Un jugador estrella a los 22 años con los Mellizos de Minnesota en el 2006, Liriano ha pasado la mejor parte de la década buscando la forma que lo convirtió en uno de los más electrizantes zurdos del negocio.
Fue sometido a una operación de reconstrucción de codo el 6 de noviembre del 2006, necesitó más de un año para recuperarse y luego trabajó cinco temporadas que lo hicieron ver más como una interrogante que como un héroe de postemporada.
Pittsburgh está dispuesto a jugársela con peloteros que se queman en otras ciudades.
No resultó en el 2012 con Erik Bedard, pero con Liriano y su brazo derecho roto, las cosas parecen haber sido muy buenas.
Obligado a prepararse más lento en la temporada, sus lanzamientos todos han trabajado mucho mejor este año y Liriano ha sido verdaderamente devastador en el PNC Park, donde largos elevados al jardín izquierdo se convirtieron en outs fáciles y resultados positivos para el dominicano.
WILL GRAVES. AP